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TOP GIRLS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Qué hacemos con Margaret Thatcher?

El mensaje feminista de la dramaturga británica Caryl Churchill brilla en la interpretación de estas actrices

Raquel Vidales
Una escena de 'Top Girls'.
Una escena de 'Top Girls'.MARCOS G. PUNTO

Oigo opiniones dispares sobre Top Girls. Escrita por la británica Caryl Churchill en 1982, hay quien dice que esta obra tiene plena vigencia en el contexto de la nueva ola feminista que vivimos, frente a quienes piensan que está desfasada. No me pareció antigua al ver el montaje del Centro Dramático Nacional dirigido por Juanfra Rodríguez. Más bien, creo que mete el dedo en una llaga que el feminismo todavía arrastra: ¿qué hacemos con Margaret Thatcher?

La protagonista es una mujer que en los ochenta alcanza un puesto directivo gracias a unas cuantas renuncias (la maternidad, entre otras) y animada por la ideología liberal thatcherista: “No te quejes. Si quieres, puedes”. Desdeña que hay contextos sociales en los que ese lema parece un chiste: su propia hermana lo sufre y se lo reprocha. Pero ese conflicto es lo de menos. Lo que hace especial a esta obra son sus maravillosos personajes: 16 mujeres de distintas épocas, desde la que llegó a ser papa fingiendo ser hombre hasta una aventurera victoriana, entrecruzan sus extravagantes historias con la que ocurre en los ochenta. Sus diálogos descarados, sus batallas y sus contradicciones pulverizan cualquier dogma feminista o antifeminista. De aquí se sale amando a esas señoras y con más dudas que a la entrada.

En este montaje brillan sobre todo las actrices. Todas abordan sus personajes con el punto de locura necesario para hacerlos fascinantes. El director transita también inteligentemente por los diferentes géneros que de forma asombrosa se suceden en el texto: tan pronto estamos en una cena surrealista como en una pelea familiar a lo Tennessee Williams. La escenografía, en cambio, no aporta sino ahoga. Al final, una proyección de retratos de mujeres poderosas de todos los colores, buenas y malas, de izquierdas y de derechas, incide en el meollo de la cuestión. Es el feminismo que proclama Churchill: que a una la juzguen no por el tipo de mujer que sea, sino por su comportamiento como persona.

Top Girls. Texto: Caryl Churchill. Dirección: Juanfra Rodríguez. Centro Dramático Nacional. Teatro Valle-Inclán. Madrid. Hasta el 21 de abril.

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Sobre la firma

Raquel Vidales
Jefa de sección de Cultura de EL PAÍS. Redactora especializada en artes escénicas y crítica de teatro, empezó a trabajar en este periódico en 2007 y pasó por varias secciones del diario hasta incorporarse al área de Cultura. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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