Esmorga Fest: peregrinaje a la juerga gallega

Algunas personas dicen que las palabras en gallego suenan mejor. Prefieren escuchar bolboreta a mariposa y usan riquiño para referirse a esa persona ni fea, ni guapa, pero que entra por el ojo. La lengua gallega se mete en los huesos como la humedad y es difícil quitársela. A esas palabras riquiñas podríamos añadir esmorga, que en Galicia es uno de los muchos términos para hablar de fiesta, de desparrame, de farra/jarana/parranda/juerga, etc. Precisamente a esmorga da título a la famosa novela de Blanco Amor y nombre al festival que desde hace cinco años pone en el mapa musical la localidad de Sarria, en Lugo.

El pasado fin de semana, los días 15 y 16 de marzo, el Esmorga Fest volvió a reunir a sus fieles entre la Sala Litmar y los jardines de la sociedad recreativa La Unión. Desde el viernes, los peregrinos que inician el Camino de Santiago en la tranquila Sarria comenzaron a mezclarse con los asistentes al festival; no siempre era fácil diferenciar a unos de otros y en las tabernas a lo largo del río terminaban de confundirse entre comida y botellines de cerveza. En esos bares, a esas horas, a esmorga arrancaba como en la ficción del libro y como en el cumpleaños que da origen al festival, una fiesta entre amigos que se fue de las manos y que es ya una cita de referencia en el underground de nuestro país.

Esa noche de viernes, sobre las 20:30h., los vigueses Seda estrenaron el Escenario SON Estrella Galicia de Litmar por el que más tarde, entre otras bandas, pasaron Ánteros y su propuesta instrumental y donde vibró el proyecto electrónico del productor David T. Ginzot, Tuya. Más tarde, con el público ya entregado a la causa, llegaba el turno de Sierra y su pop rotundo y dispuesto a gustar. Los madrileños, como alguien dijo al día siguiente “ese grupo nuevo que suena viejo”, alimentaron la leyenda del festival con temas como 'La noche criminal' y 'Me destrozaré' y dieron paso a los grupos que cerraron esa primera jornada, El lado oscuro de la broca y Pálida.

La mañana del sábado Sarria amaneció despejada y los mismos valientes que habían trasnochado se refugiaron tras las gafas de sol para acudir a La Unión y disfrutar del Esmorga diurno, con conciertos gratuitos que gracias al buen tiempo pudieron celebrarse al aire libre, en el Escenario Futuros Referentes, desde las 13:00 a las 18:30h. Por allí pasaron, por ejemplo, el noise de Juanita Dinamita y el rock positivo de los argentinos Bestia Bebé, cantando a la fiesta y al barrio porteño de Boedo.

Tras un par de horas de tregua musical el Esmorga Fest volvía a la Sala Litmar y se convertía en una reunión de bandas llegadas desde diferentes puntos de nuestra geografía que dibujaron el mapa de la escena independiente actual en España. Desde Granada, Lagartija Nick cargaban sus 30 años de rock sobre el escenario para recordarnos que no es solo llegar primero, sino saber mantenerse. Antes, los gallegos Triángulo de Amor Bizarro y los murcianos Perro ya habían acelerado pulsaciones entre el público y, más tarde, los madrileños Carolina Durante lograrían alcanzar el clímax del festival. Aunque con un repertorio de temas más limitado, la banda de Diego Ibáñez fue el lleno absoluto de la noche y no se dejó nada por demostrar: canciones antiedad y sin efectos secundarios, perfectas para continuar la fiesta en Galicia y donde surja.