Antonio Banderas: “En cuanto Lluís Pasqual abandonó el Lliure, me tiré a por él”
El dramaturgo se hará cargo del Teatro Soho CaixaBank que promueve el actor en Málaga
“Egoístamente, me he beneficiado del trauma que Lluís Pasqual sufrió al dimitir del Teatre Lliure. Fue una gran oportunidad. En cuanto abandonó el Lliure, me tiré a por él”. Así de claro lo deja el actor Antonio Banderas, quien junto al dramaturgo catalán presentó ayer en Madrid las líneas maestras de lo que será el Teatro Soho CaixaBank, un centro de gestión privada que se inaugurará en otoño en Málaga con el musical A Chorus Line,toda una reflexión sobre el teatro dentro del teatro.
“Lluís es una persona admirada y respetada por toda la comunidad teatral a nivel internacional. Se lo ha ganado después de muchos años de amor y sacrificio por el teatro”, prosiguió Banderás. “Con Pasqual al frente de un proyecto en el que me lo estoy jugando todo, un proyecto en el que me va la vida, todo adquiere una dimensión extraordinaria, casi impensable”, destacó el intérperte, quien está decidido a dar al dramaturgo todas las herramientas posibles para llevar adelante la aventura.
Para el exdirector del Lliure, la oportunidad resulta magnífica, aunque se muestra cauto: “Lo primero que quiero hacer es establecer un contacto con la ciudad, porque el teatro es el resultado de intentar adivinar los deseos del público antes de que el público los conozca. Mi sueño es acompañar a un amigo como Antonio en su sueño. Quisiera que el Soho fuera, como fueron en su momento el Lliure en Barcelona o el María Guerrero en Madrid, lugares de referencia a los que había que acudir necesariamente porque sabías que algo siempre te ibas a encontrar”.
Pasqual resalta la oportunidad de que el teatro se haga cargo de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga, un centro privado que cuenta en la actualidad con 60 alumnos, situado en una zona obrera de la ciudad, y que contará con otra sala de representación. “Un teatro con escuela es más teatro, igual que un equipo de fútbol con cantera es más equipo” añadió.
El empeño de Banderas porque su ciudad natal cuente con un teatro de referencia viene de lejos. En el camino se ha encontrado con rotundos fracasos, como cuando abandonó el proyecto de levantar un centro cultural en lo que fue el cine Astoria tras las duras críticas de la oposición municipal, que criticó un supuesto trato de favor del Ayuntamiento, gobernado por el PP desde 1995.
El actor, que estrenará en marzo la última película de Pedro Almodóvar, Dolor y Gloria, ya tiene todo ello olvidado y perdonado. “En Málaga, todos los pecados tiene un perdón y ese también”, dijo ayer.
“No nos vamos a poner límites. Estamos creando algo nuevo, un teatro totalmente privado, en el que queremos poner en práctica la experiencia americana para involucrar a instituciones, ciudadanos, empresas y patrocinadoresen esta apuesta cultural”. Pasqual confía en que esta experiencia sirva como modelo a imitar e, incluso, para cambiar la concepción de la ley de mecenazgo.
El intérprete, que ha trabajado en cinco ocasiones a las órdenes de Pasqual, tiene previsto subir al escenario del nuevo teatro no solo como actor, sino también como director. “El compromiso que tengo yo con el teatro no es en absoluto económico. El teatro no es para mí una forma de ganar dinero, más bien de perderlo. Trabajaré gratis o por lo mínimo. No quiero ni un duro de mi teatro. Mi compromiso es con mi tierra y mi ciudad”, explicó Banderas.
La temporada próxima, con una programación todavía en estudio, excepto la inauguración con A Chorus Line, el musical de los dramaturgos James Kirkwood Jr. y Nicholas Dante, será de absoluto rodaje, aseguran. En posteriores temporadas habrá hueco para textos clásicos y también para autores contemporáneos. “Lo ideal en unos años sería llegar a una producción propia de cuatro obras, además de acoger otras funciones externas”.
El Soho CaixaBank, que se encuentra en obras de acondicionamiento desde el pasado mes de julio y tiene un presupuesto de 2,3 millones de euros, contará con dos espacios distintos. La sala grande, situada en la céntrica calle de Córdoba, cercana a la zona portuaria, tendrá casi 1.000 localidades; mientras que la más pequeña, con 300 butacas, se construirá en el actual edificio de la Escuela Superior de Artes Escénicas de Málaga.
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