Así se hace un libro
Desde la elección del tipo de letra hasta el diseño de las cubiertas, todo cuenta para seducir al lector
“En edición diferente, los libros dicen cosa distinta”, escribió el poeta Juan Ramón Jiménez, el primero de los escritores españoles al que preocupó y se ocupó de verdad de la forma que cobra un texto cuando se vuelca en un libro. La tipografía, el diseño de la portada, el tipo de papel... todo influye a la hora de atraer a un lector y establecer un vínculo entre lo escrito y lo leído.
Babelia explora esta semana el arte de imprimir libros con varios artículos. El primero, firmado por el escritor Adnrés Trapiello, se adentra en la historia de la tipografía y su importancia como vehículo de comprensión y legibilidad de un texto. "Cada época se refugia en unas tipografías especiales, que hace suyas. Los tipos usados durante el romanticismo eran diminutos. Sugieren acaso que el de la lectura fue el ámbito de la intimidad, tanto como el temor ante una modernidad deshumanizante. Los del Siglo de Oro confirman algo que sigue estando vigente: los libros que han cambiado nuestras vidas, como el Quijote, suelen estar mal impresos, son feos y se pueden comprar por un euro en un kiosco. Y los del siglo XVIII, la edad dorada de la tipografía, lo contrario: muy bien hechos, pero la mayor parte de los libros que se escribieron entonces no hay quien pueda leerlos", escribe Trapiello.
Otro elemento que hace singular un libro es su cubierta: de ella depende muchas veces que un lector lo elija entre los muchos que encuentra en los expositores de las librerías. Editores, ilustradores y diseñadores seleccionan para Babelia sus dos portadas favoritas: una clásica y otra contemporánea.
En páginas siguientes el lector encontrará las habituales reseñas liberarias, con la crítica de Lectura fácil, novela con la que Cristina Morales ganó el último Premio Herralde, como libro destacado de la semana. Se subraya también la publicación de la biografía de Dietrich Bonhoeffer, el teólogo alemán que fue ahorcado por los nazis por intentar asesinar a Hitler.
Ángela Molina firma un artículo en el que se cruzan varias efemérides: el quinto centenario de la muerte de Leonardo da Vinci, el año en que Ridley Scott situó su neblinoso mundo de replicantes en Blade Runner y el siglo que ha transcurrido desde que Duchamp masculinizó la Gioconda de Da Vinci.
El apartado de arte se abre con un artículo de Rogelio López Cuenca sobre la intervención de Boa Mistura en La Térmica de Málaga. En la sección de música, Jesús Ruiz Mantilla escribe sobre el pianista Javier Perianes, que acaba de grabar los Preludios de Debussy. En teatro, críticas de 4D Òptic, de Javier Daulte, y Odios sordos, de Melania Sebastián. Y en las páginas de opinión, Beatriz Sarlo ocupa la tribuna libre junto a las firmas habituales de Antonio Muñoz Molina y Manuel Rodríguez Rivero.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.