Ona Carbonell: “Pensé que me querían en ‘MasterChef’ porque necesitaban a alguien que cocinara fatal”
La nadadora se impuso en la final del concurso culinario a la actriz Paz Vega
Acostumbrada a jugarse en menos de cuatro minutos en una piscina el trabajo de cuatro años, el estrés es lo que menos preocupa a Ona Carbonell (Barcelona, 28 años). En cuanto la competitividad, la constancia y la disciplina se ponen por medio, la capitana del equipo español de natación sincronizada tiene claro su objetivo: lograr una medalla. Y en la tercera edición de MasterChef Celebrity ha conseguido la que de momento le falta en la piscina, la de oro. Carbonell se impuso la noche del domingo en la final del concurso culinario a la actriz Paz Vega con un menú en el que quiso jugar con el agua y sus diferentes estados. La nadadora asegura que apenas había cocinado en su vida antes de ser admitida en el concurso .
Gracias a un menú formado por un consomé tibio con ventresca de sardina en suspensión, una endivia con ancas de rana y un postre bautizado como Deshielo del Himalaya (con pepino, cardamomo, manzana y melocotón), Carbonell se hizo con los 75.000 euros del premio, que donará a la Fundación Pequeño Deseo, y un curso de cocina creativa en el Basque Culinary Center donostiarra. “Cuando me llamaron para hacer el casting dije, qué voy a hacer, si soy patética en la cocina”, admite a EL PAÍS la ganadora del concurso. Pero el programa le gustaba de verlo el año anterior para seguir a su amigo Saúl Craviotto, que resultó ser también el vencedor.
“Es un programa precioso, serio, una competición muy bonita y real, y pensé que iba a aprender y que la cocina era algo que me iba a quedar de por vida. Saliese la primera o la última, aprender iba a aprender”, comenta. Se presentó a la prueba de admisión y volvió a casa con los restos de lo que había cocinado pensando que no la iban a llamar. “La gente que probó lo que me había sobrado casi vomita”, bromea. Pero al final contaron con ella. “Pensé que era porque necesitaban a alguien que cocinara fatal”, comenta.
“Cuando me llamaron para hacer el castingme dije: ‘Qué voy a hacer, si soy patética en la cocina”, admite a EL PAÍS. Le gustaba el programa tras ver su edición anterior, en el que siguió a su amigo el piragüista Saúl Craviotto, quien resultó también vencedor.
Junto a Carbonell, comenzaron el concurso personajes conocidos como Santiago Segura, Mario Vaquerizo, Antonia Dell’Atte, Boris Izaguirre, Carmen Lomana, Óscar Higares o Paula Prendes. “Es una competición en la que no solo dependes de ti mismo, también de tus rivales. Todo depende de cómo afrontes cada momento y de qué prueba te toque. Todos han sido rivales fuertes”, cuenta, sin querer destacar a ninguno. El camino de la propia Carbonell tampoco ha sido de rosas. En la mitad de las galas estuvo en la terna de candidatos a salir esa semana del programa, por lo que ha participado en 29 de las 31 pruebas de cocinado.
Clases en El Celler
🧜♀️🧜♀️ ¡Felicidades! @onacarbonell se convierte en la ganadora de la tercera edición de #MCCelebrity https://t.co/5KB3O2GWnE 🧜♀️🧜♀️ pic.twitter.com/Uj31lhANs5
— MasterChef (@MasterChef_es) November 26, 2018
La nadadora llegó a MasterChef con mentalidad de deportista de élite y la idea de no hacer el ridículo. “Saúl me dijo que estudiara todo lo que pudiera y me aprendiese cortes, temperaturas, cocciones, salsas, de todo. Y que me fuera a practicar a todos los restaurantes que pudiera, porque era donde más se aprendía.”, explica. Así que acabó en la cocina del único chef que conocía, en El Celler, aprendiendo directamente con Jordi Roca, y cuando estaba en Madrid, en DSTAgE con Diego Guerrero. La vencedora practicó el menú de la final media docena de veces. “También me hice un guion y por las noches, mentalmente, hacía los pasos, incluso el orden del supermercado, que es un momento muy difícil”, cuenta.
“Por suerte, MasterChef me pilló en un año en que justo el entrenador me había dicho que bajara la intensidad para cuidar mi cuerpo, las lesiones y mi mente. Después de 15 años entrenando tantas horas al día, un año de reset para coger fuerzas para los Juegos Olímpicos de Tokio. Le dije que me había salido el programa, que si me robaría tiempo, y me contestó ‘hazlo ahora que puedes’. Lo he compaginado entrenando mucho menos que siempre, pero sin dejar de entrenar”. Carbonell, que acumula más de una treintena de medallas de plata y bronce en Campeonatos del Mundo, Europeos y Juegos Olímpicos, tiene ya su premio de oro, que espera acompañar con una presea del mismo metal en los Juegos de 2020.
Un menú para los lectores de EL PAÍS
La victoria conseguida por la nadadora gracias a esas prácticas y a su constancia fue seguida por 3.204.000 espectadores, con una cuota de pantalla de 22,7%. La media total del programa en su tercer edición ha sido de 2.859.000 espectadores y un 20,5% de share. Excelentes números, en la línea de la segunda entrega.
¿Se animaría ahora a elaborar un menú para los lectores de EL PAÍS? “Canelones de verduras de temporada con una bechamel infusionada con setas shitakes y un lenguado hecho en el ronner, a baja temperatura, a la meunière, con mantequilla y cítricos”, responde tras dudar. “Ahí me has pillado con la guardia baja”, dice entre risas.
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