El humor como el conocimiento más profundo
Los relatos del escritor checo Bohumil Hrabal recopilados en ‘Evangelio esquizofrénico’, inspirados en las excentricidades de su tío Pepin, transforman lo común en mágico
La Fuga, que acaba de publicar Evangelio esquizofrénico, es una editorial que se especializa en publicar literatura de humor. El presente volumen de relatos de Bohumil Hrabal, inspirados en su mayoría en las habladurías del estrafalario tío del escritor, está tejido de un humor a veces hilarante, otras veces negro o excéntrico.
Bohumil Hrabal (1914-1997) fue básicamente un cuentista aunque es más conocido por sus novelas, como Una soledad demasiado ruidosa o Yo serví al rey de Inglaterra. El autor checo vivió el siglo XX con sus tragedias y comedias y en sus escritos supo enfocar su contemporaneidad. Paulatinamente llegó a la conclusión de que cualquier persona es genial pero generalmente no tiene la oportunidad de demostrarlo. Eso era válido especialmente en caso de su tío Pepin, gran fuente de su inspiración. Pepin un día visitó a su hermano, el padre de Hrabal, gerente de una fábrica de cerveza, se quedó y durante más de un cuarto de siglo divirtió a los amigos de Hrabal y a toda la pequeña ciudad de Nymburk con sus excentricidades, sus anécdotas dadaístas y su locuacidad lunática. “Es la literatura encarnada en una persona,” describió a Pepin el poeta Hirsal. Dadaísta como las primeras películas grotescas de Chaplin, melancólico y ligeramente intelectual como Harold Lloyd, el tío Pepin era para Hrabal el catalizador lingüístico porque sabía formular sus ideas y aliñar sus anécdotas con moralejas. Pepin era la musa de Hrabal, la musa disfrazada de zapatero y trabajador de la fábrica de cerveza.
Aparte del tío Pepin, Hrabal se inspiró en las películas grotescas que llenaron su juventud. La comicidad de Hrabal tiene también mucho que ver con Don Quijote y Sancho Panza que, con su locura, torpeza y simpleza aparentes, logran efectos dignos de filósofos. Hrabal construyó la estética de sus obras sobre el sentimiento trágico de la vida y el humor grotesco. Según él, “el humor y la risa representan el conocimiento más profundo: un acontecimiento triste se transforma en una historia cómica y adquiere siempre un sentido profundo”.
La narración ‘Caín’ fue escrita en 1949 y, como los demás relatos que forman este volumen, escritos alrededor de 1950, tuvo que esperar hasta los años sesenta para ser publicada, década de una relativa apertura cultural y política en la Checoslovaquia comunista. Hrabal confiesa la gran fascinación que sintió por El extranjero de Albert Camus. En vez del fratricidio que determina la vida de Caín, el protagonista de Hrabal comete el homicidio en sí mismo, o sea, el suicidio, aunque frustrado. Con esta señal de transgresión en la frente debe recorrer su vida posterior. El suicidio es un tema recurrente en Hrabal (el protagonista de su novela Una soledad demasiado ruidosa se suicida). Adoraba a Séneca y le llamó la atención su idea de que un hombre admirable es aquel que tiene el suicidio como objetivo. ‘Caín’ está situada en una estación de tren durante la guerra, como ‘Trenes rigurosamente vigilados’, y en ambas narraciones largas el protagonista muere a manos de los nazis.
Como en otras obras suyas, también aquí Bohumil Hrabal convierte agua en vino, envuelve las preocupaciones cotidianas de sus personajes en el papel celeste de su mirada y transforma lo común en mágico. Todo un goce literario.
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Autor: Bohumil Hrabal (traducción de Montse Tutusaus).
Editorial: La Fuga Ediciones (2018).
Formato: tapa blanda (196 páginas).
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