_
_
_
_
MOSCA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La ley del patio

Gustavo del Río trae a debate el acoso escolar en un espectáculo que toca todos los palos del tema

Javier Vallejo
Una escena de 'Mosca', de Gustavo del Río.
Una escena de 'Mosca', de Gustavo del Río.DAVID RUIZ

Las sociedades competitivas, ¿favorecen el acoso? El acoso escolar, doméstico y laboral, ¿no son manifestaciones de lo mismo en ámbitos diferentes? Un estudio de la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid estima que el modelo educativo actual, heredero del implantado durante la Revolución Industrial, fomenta el individualismo y la ambición y tolera cierta agresividad, rasgos de carácter que acaban expresándose en el colegio, la familia y el trabajo.

Siendo las cosas así, ¿por qué no hablar del acoso con los propios escolares y abrir el debate con una representación teatral, de la misma manera que una película daba pie a los apasionados coloquios de La Clave, programa memorable conducido por José Luis Balbín en la Televisión Española de la segunda mitad de los años setenta y de los primeros ochenta? Gustavo del Río ha escrito y dirigido un espectáculo que toca sucintamente todos los palos de problema tan complejo (soledad y desorientación paternas incluidas), para espolear al público adolescente pero también al adulto.

MOSCA

Autor y director: Gustavo del Río. Intérpretes: Fátima Domínguez, Luciana Drago, Manuel Enríquez. Escenografía: Virginia Rodríguez. Compañía: Os Náufragos. Madrid: Nave 73, días 17, 24 y 31 de octubre (funciones para todos los públicos). A Coruña: Forum Metropolitano, 13 y 14 de noviembre. Vigo: Sala Ártika, 16 y 17 de noviembre (funciones para colegios y para público general).

Mosca aborda el acoso desde las ópticas de quien lo sufre en primera persona, de un padre que achaca a accidentes las marcas y moratones de su hijo (aunque intuya en el fondo lo que le está sucediendo) y de una madre más realista y valiente.

Que la función comience con monólogos sucesivos resulta harto exigente para público e intérpretes: el teatro gana siempre con el roce entre actores, pues la presencia de cada uno de ellos retroalimenta a los otros. Mosca crece durante el diálogo entre madre y maestra, decae con el soliloquio del padre taxista ante un interlocutor imaginario y coge vuelo durante el monólogo materno, en el curso del cual se revela la calidad extraordinaria de Fátima Domínguez, su inspirada intérprete.

Del Río habla de modelos que se reproducen por esporas, de conductas humillantes inadvertidas, de la suerte que corre lo delicado cuando los depredadores dan con ello, de estrategias de supervivencia… De la vida misma, en suma.

La escena donde progenitores y profesora intentan abordar la situación de Pedro resulta demostrativa, los intermedios mudos son de factura diversa (el de la canción infantil está conseguido plenamente), la temperatura dramática óptima no llega a alcanzarse porque un didactismo cuasi brechtiano todo lo entrevera y el final está bien logrado. La función se recibe colectivamente con simpatía cómplice: resuena en públicos de condiciones y edades diversas porque la experiencia del maltrato es universal, si no en carne propia en la de un prójimo próximo.

Luciana Drago asume papeles variopintos con gracia, empaque y fluida determinación. Fátima Domínguez está espléndida en cuantos momentos le corresponde coger el peso de la representación. En su debut, Manuel Enríquez superó con oficio las dificultades que entraña sustituir a un compañero.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_