Lluís Pasqual renueva por un nuevo mandato de cuatro años en el Lliure

Muchas cosas interesantes, muchísimas, en la próxima temporada del Teatre Lliure de Barcelona, que ha presentado hoy el director del colectivo, Lluís Pasqual, en un acto que inició ofreciendo una apasionada reflexión sobre el sentido del teatro hoy en día y que cerró anunciando la renovación de su contrato por cuatro años más, que serán, dijo, los últimos. La programación que presentó Pasqual en su acostumbrado one man show, durante el que pasó el divertido trance de perder las hojas de varios espectáculos demostrando tablas y vis cómica, incluye citas tan potentes como un nuevo montaje de Àngels a Amèrica (con sus dos partes, S’acosta el mil.lenni y Perestroika), de Tony Kushner con dirección de David Selvas y Pere Arquillué y Vicky Peña en el reparto (sede de Montjuïc, 26 de octubre al 25 de noviembre, producción del Lliure), la versión teatral de Saló o los 120 días de Sodoma de Pasolini a cargo de Milo Rau e interpretada por actores profesionales y un grupo de personas con síndrome de Down (Montjuïc, 22 y 23 de febrero) o Saigon, una historia sobre el exilio que transcurre en un restaurante vietnamita de París y la ha creado y dirigido Caroline Guiela Nguyen con la compañía Les hommes approximatifs (Montjuïc, 25 y 26 de enero). También, la presentación en nuestros escenarios de Maria de Medeiros en una terrible historia sobre el incesto, Un amour imposible, a partir de la novela de Christine Angot y con dirección de Célie Pauthe (Montjuïc, 1 al 3 de febrero), la maratón de 24 horas de Mount Olympus, de Jan Fabre, ceremonia dionisiaca, “reto onírico y orgiástico” que replantea la tragedia griega (Montjuïc, 15 de junio) o El sueño de la vida, la continuación de la inacabada La comedia sin título de Lorca a cargo de Alberto Conejero y que dirigirá el propio Pasqual y que tendrá en el reparto a Emma Vilarasau (Montjuïc, 7 de marzo al 7 de abril).

En total, 41 espectáculos (14 producciones propias incluidos 6 monólogos, 11 coproducciones y 16 producciones invitadas, 7 de ellas internacionales), más un festival (la tercera edición del Simbiòtic) y un fórum de debate, Dones Lliures. Pasqual aprovechó para presentar los resultados de la temporada que está a punto de finalizar (34 espectáculos y 408 funciones). En total el Lliure, dijo, habrá tenido 96.396 espectadores (92.703 en las tres salas y 3.693 de espectáculos en gira), con una ocupación de 87,8 %, tres puntos superior a la de la temporada anterior. La recaudación se calcula en 1.099.032 euros (sin iva). El espectáculo más visto es la Medea de Pasqual con 11.962 espectadores y un 99 % de ocupación. No está previsto que se reponga la próxima temporada. Hasta 16 espectáculos han obtenido una ocupación por encima del 90 % y 10 el 100%. El Lliure vendió 3.004 abonos.

De su renovación como director por cuatro temporadas más, acordada el jueves por el patronato de la Fundación Teatre Lliure-Teatre Públic de Barcelona, Pasqual ha afirmado que será su último mandato y que quizá no llegue a cumplirlo íntegramente. En septiembre, dijo, se creará una comisión de personas que estudie el nuevo modelo de lo que ha de ser el Lliure en el futuro. Ese proceso, explicó, durará cuatro años “o menos” y “su finalización coincidirá con mi final al frente del Lliure”.

Pasqual habló precisamente en su presentación de temporada sobre la necesidad de un nuevo marco de relaciones entre el teatro y el público y una redefinición de cuál ha de ser la tarea del primero en el mundo moderno. Reflexionó sobre el sentido de la palabra contemporaneidad “que ya no se persigue sino que estamos inmersos en ella”, y señaló que la crisis “nos ha hecho más valientes y nos ha obligado a pensar más en lo que explicábamos que en el cómo lo explicábamos”. Dijo que el teatro ha de plantearse un compromiso nuevo con la sociedad y con los espectadores revisando el sentido de la ficción y ofreciendo miradas nuevas. Recordó que algunas de esas miradas, de realidades ocultas o marginadas, ya están apareciendo en las programaciones. Apuntó a los debates sobre la privacidad, la verdad, las fake news –que definió como una actualización de las “diabólicas” teorías de Goebbels- , o las redes sociales, y subrayó la necesidad de recuperar el teatro como herramienta política, capaz de provocar cambios o al menos de rebeldía. “El teatro ha de ser el reducto de la verdad y de la belleza”, concluyó, añadiendo un tercer elemento: la bondad.

La temporada se abrirá en Gràcia el 27 de septiembre con Là, “pieza en blanco y negro para dos humanos y un cuervo”, de la cia Baró d’Evel, que se habrá estrenado en el Grec, y en Montjuïc el 29 con El pan y la sal, “juicio a la memoria histórica” con texto de Raúl Quirós que dirigirá Andrés Lima, un relato teatral sobre la investigación de los crímenes del franquismo, y en el que aparecerán como intérpretes Núria Espert, Mario Gas, José Sacristán, Alberto san Juan, Tristán Ulloa y los propios Lima y Pasqual.

Entre lo mucho que se va a ver en la temporada, Travy, historia de una saga de cómicos, la familia de Quimet Pla, con dirección de Oriol Pla; Eurohouse/ Palmyra, sobre la dicotomía oriente-occidente; el regreso del shakespeariano bipolar Mark Lockyer con una nueva etapa en su camino de redención, Keep on walking, Federico; el director argentino Lautaro Perotti con Cronología de las bestias; otra producción de los payasos de Rhum i Cia, Rhumans; el regreso de Lluís Homar al Lliure con La neta del senyor Linh, dirigida por Guy Cassiers y que se estrenará en Temporada Alta; el éxito de la Flyharda A.K.A., la reposición de la Jane Eyre de la Portaceli con Ariadna Gil y Abel Folk, la del éxito El temps que estiguem junts y de Trans, de Didier Ruiz, que abrió la muestra de teatro inclusivo; o Qui ets? La versión teatral de la conmovedora historia de Màrius Serra sobre su hijo.

También se verán la inclasificable Kingdom, de la Agrupación Señor Serrano, Mar de Fons, sobre la Guerra Civil en Mallorca, el estreno al fin de la esperada historia de payaso El somriure al peu de l’escala, de Henry Miller por Ramón Simó, que se pospuso por el accidente de moto de su protagonista, Jordi Martínez; Com els grecs, de Steven Berkoff, dirigida por Josep Maria Mestres; la versión de Dogville de Lars von Trier que ofrecerá Sílvia Munt en adaptación de Pau Miró y con Andreu Benito, Lluís Marco, Áurea Márquez, Fermí Reixach y Anna Güell en el reparto, e incluso una obra sobre la menstruación, Dolors, en formato de serie, con Sergi Belbel como uno de los dramaturgos y directores.