Garry Shandling y el drama que cambió la comedia moderna
El documental de HBO 'Los diarios Zen' repasa la tragicómica figura de uno de los humoristas más importantes de la historia
Si su hermano no hubiera muerto, Garry Shandling quizás nunca se habría metido en comedia. Ni le dijeron que había fallecido ni lo llevaron al funeral. Si esta inenarrable tragedia de infancia no hubiera sucedido, nada en el humor sería igual. De ese dolor nació su necesidad de hacer reír, de romper con lo establecido. Sin ese evento no solo no tendríamos dos de las series más rompedoras de la historia. Quizás no existiría HBO, ni Ricky Gervais, ni Borat, Judd Apatow, Sarah Silverman, Supersalidos, The Office, Arrested Development y ni siquiera Iron Man de Jon Favreau. Así de relevante es Garry Shandling para la cultura pop. Si su nombre no te suena, debería.
El humor nace de la tragedia. Ambas facetas se enfrentaron en la mente de Shandling toda su vida. Cada vez que tenía éxito, su voz artística corría a buscar algo nuevo. Si cumplía su sueño de conducir el programa más icónico de la televisión, lo abandonaba para hacer una sitcom rompiendo la cuarta pared. No quería repetirse. Y cuando su experimento triunfó, lo dejó para crear una serie sobre la humanidad y sus fantasmas para un canal sin series: HBO (en la plataforma española no hay ni rastro de ella). El show de Larry Sanders era divertida, introspectiva, incómoda, profunda, cruel e inconformista. Como él.
Entre apuntes y papeleo, el humorista siempre buscaba la broma perfecta. Cada palabra debía ser indicada para hacer reír. Medido, pero también lleno de realidad, Shandling rompió las reglas con un boli y un cuaderno capaces de erigir la comedia moderna. Pero había una pregunta más importante sin respuesta: ¿Era feliz? Eso intenta desentrañar Apatow, aventajado alumno, en las cuatro horas de Los diarios Zen, un viaje documental de HBO por la vida, filosofía y la meditación de Shandling.
Muchos conocieron a Shandling. Los inspiró, educó y les dio amor incondicional. Con ninguno habló, sin embargo, del suceso que cambió su vida, el prólogo del humor moderno. Al cómico le gustaba investigar en la mente de los humoristas con quienes se acostaban en EE UU. Ahora sus amigos lo practican con él. Artista, mentor, pionero y genio. "Es Gaaaarry Shaaandling".
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