‘Colegas’, tan encantadora como olvidable
La comedia de Playz, que consigue equilibrar bien la comedia con el drama, recupera el espíritu de la series juveniles de los noventa sin caer en la nostalgia
Colegas es una serie simpática, que se ve en nada (seis episodios de menos de media hora), cuyos personajes caen bien, que trata de mezclar la comedia con el drama sin exagerar los extremos en ningún momento, pero que se queda ahí, con la sensación de que algo falta o de que no se ha visto nada nuevo. Una serie encantadora, pero me temo que rápidamente olvidable (a la espera de una posible segunda temporada, donde necesitaría ir más allá).
La ficción, una de las muchas que TVE está produciendo con mimo para su plataforma digital Playz (Si fueras tú, Mambo...), apuesta por la nostalgia por las series españolas de los noventa, y para ello recupera a varios de sus actores, que se interpretan a sí mismos, aunque exagerando o inventando directamente situaciones. Colegas se imagina qué están haciendo hoy en día los actores que se hicieron famosos hace 20 años en una serie (que nunca existió, pero que representa a otras reales) y cómo uno de ellos quiere reunirles, siguiendo esa moda actual de los revivals televisivos.
Los guiños a Al salir de clase, Compañeros y aquellas ficciones juveniles son constantes y funcionan bien. Y también las referencias a la trastienda del mundo de la televisión, desde el productor que en sus reuniones tiene a un DJ pinchando en el despacho (basado en un productor real, según los creadores de la serie) a cómo algunos de esos actores olvidados por el público acaban en programas basura destripando secretos y tratados como si fueran frikis (con referencia directa a Javier Cárdenas, por ejemplo).
A destacar el intento de hacer algo fresco, la ilusión con la que se ve que todos han participado, los guiños a Fernandisco, la Súper Pop y aquellas revistas juveniles y las actuaciones (Fernando Gil lo borda como gran estrella de Hollywood, aunque quizá sea el personaje más caricaturizado) de unos actores que en la vida real también han tenido sus más y sus menos con la fama, el reconocimiento o directamente con la posibilidad de trabajar en lo que aman.
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