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Un poeta con estilo

La poesía de José Luis Piquero es una de las islas más perturbadoras de la generación de los ochenta

Manuel Rico

Ser crudo y directo sin que lo parezca. Escarbar en las zonas oscuras del ser y exponer las más luminosas. Oscilar entre la crueldad y la ternura, entre el placer y el dolor y su alargada sombra. He aquí algunas de las claves de la poética de José Luis Piquero (Mieres, Asturias, 1967), una de las islas más perturbadoras de la generación de los ochenta. Autor de obra escasa y sin concesiones, Tienes que irte nos llega nueve años después de El fin de semana perdido (DVD, 2009) y nos muestra la permanencia de sus obsesiones, ya visibles en su primer libro, Las ruinas (1989): la frontera entre la vida y la muerte, la trastienda de la relación amorosa y las usuras del desamor, las honduras de la amistad y sus pliegues inesperados, las grietas de lo cotidiano y los bordes de la perversión, la sombra del doble que alienta en la fantasía y la inevitable marcha de los seres más próximos.

Dividido en cuatro bloques, Tienes que irte avanza por los desfiladeros de la conciencia con buen número de poemas escritos en segunda persona, sustentados en un diálogo permanente con ese otro (es visible la sombra de Gil de Biedma y sus desdoblamientos) que nos acompaña y al que cabe achacar todas las desolaciones y transgresiones imaginables. Incluso cuando utiliza la primera persona o la omnisciencia (muy pocas veces) es visible la misma pretensión.

Las pérdidas de ‘Merma’, la primera parte, se convierten en pugna existencial en el territorio del amor en el segundo bloque, ‘La visita’ (“Los santuarios no existen. Moriremos de exceso / de realidad”), para ofrecernos límite y muerte en ‘Quemaduras’ y situarnos en ese espacio indefinible que ­caracteriza tránsitos, viajes, momentos de sueño y soledad, de incertidumbre y miedo de ‘No lugar’, la última parte. El lenguaje de Piquero, coloquial y sorprendente en sus giros inesperados, directo y al tiempo cargado de complejidad, nos muestra a un poeta reconocible, sin parecido con ningún otro pese a algún eco antes apuntado; un poeta, digámoslo con Valente, “con estilo”. Se va la vida, tarde o temprano se irán nuestros seres queridos, la pasión acaba agrietándose, la existencia no dura siempre: Tienes que irte. Inquietante y sabio libro.

Tienes que irte. José Luis Piquero. La Isla de Siltolá, 2017 94 páginas. 12 euros

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