La Industria son personas
Quizás vaya siendo hora de celebrar que se ha puesto la primera piedra para crear un marco de confianza en el videojuego español
A un lado Luis Díaz Peralta (Ludipe), fundador de Alpixel Games y uno de los firmantes e impulsores del “Manifiesto sobre el futuro de la industria”. Al otro Luis Quintáns, presidente de DEV (Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento), vicepresidente de AEVI (Asociación Española de distribuidores de Videojuegos) y CEO de Badland Games, o lo que es lo mismo, uno de los agentes más importantes de la maltrecha industria del videojuego en España. En medio de ambos Valeria Castro, cofundadora de Platonic Games y con toda la experiencia de quien ha pasado, sin apenas ayuda, por todo el entramado administrativo de algo tan complejo como vender videojuegos a nivel mundial. Enfrente un nutrido grupo de desarrolladores con diferentes trayectorias que nunca han visto en el DEV el paraguas que necesitaban para sentirse protegidos. Ah, y Gonzalo Suarez (Gonzo), que no estaba entre los ponentes ni falta que le hace. La hora y media que teníamos por delante se preveía tensa.
No puedo contarles todo el proceso que ha habido detrás para llegar a este momento, pero les aseguro que no ha sido fácil. Mucha gente ha tenido que realizar un esfuerzo de comprensión hacia el otro que desde la atalaya organizativa en la que me encontraba no ha parado de sorprenderme. De entre todos ellos destaca la figura de Luis Oliván, cofundador de Fictiorama Studios y ahora vocal de DEV, quien no solo ha tendido puentes, sino que se ha dedicado a sostenerlos cuando estos se tambaleaban. Lo que pase en la industria del videojuego patria durante los próximos años depende de muchos nombres, pero no olviden el apellido Oliván.
El objetivo de este encuentro era poner la primera piedra a una relación entre DEV y la comunidad de desarrollo independiente español. Parece extraño decir esto cuando unos son los máximos representantes del videojuego de cara a las instituciones y otros forman algo más del 80% del entramado español de desarrollo de videojuegos. Sin embargo, la relación entre ambos núcleos siempre había oscilado entre la indiferencia y la desconfianza. El detonante para comenzar este cambio vino a raíz de la dimisión de Ignacio Pérez Dolset de su cargo como presidente de DEV tras el escándalo originado por un presunto fraude en la liquidación de la empresa Grupo Zed. Una bomba en la línea de flotación que dejó a DEV en el punto de mira y cuya patata caliente se han encargado de asumir Quintáns.
El guion marcó los primeros minutos de reunión, en los que se realizó casi una labor pedagógica sobre qué es DEV y cómo puede ayudar a los desarrolladores allí presentes. Las palabras eran casi las mismas que las que habíamos podido escuchar hace años, pero se comenzaba a apreciar un cambio de actitud. Quizás el cambio más importante se encuentra en el cambio del canal de comunicación y la reciprocidad de éste. No es lo mismo que las peticiones o dudas de la comunidad lleguen a alguien a anónimo cuya figura se encuentra amparada por una estructura o que lleguen a Oliván, encargado de mantener las vías abiertas y sanas con los grupos de desarrollo independiente. Una nota de esperanza que dio paso a un turno de preguntas que había que manejar con prudencia y que tras un inicio algo tenso de despejó gracias a una intervención de Gonzo, quien consiguió explicar bastante bien la situación de DEV con respecto a los allí presentes gracias a una analogía con una barca que me siento incapaz de reproducir.
Es difícil asumir las buenas palabras como hechos. España es un país harto de buenas palabras. Resulta más sencillo parapetarse tras un muro de descreimiento y proclamar “ya os lo dije” ante el primer paso atrás. Mi opinión sobre DEV nunca ha sido buena. No me han gustado sus hechos, pero mucho menos sus palabras. El que esta reunión haya ocurrido dentro del marco en el que ha ocurrido es algo completamente impensable hace un año. Eso es un hecho. A partir de aquí toca creer y yo voy a hacerlo. No por la reunión. No por las palabras. Lo hago porque creo que debo creer en las personas que se encuentran detrás de esas palabras. No hay absolutamente nada a día de hoy que indique que las intenciones de Quintáns no son las que ayer se anunciaron. Nada me hace dudar de que los autores del manifiesto han recogido la mano tendida y van a participar activamente en la cimentación de una buena y nueva relación entre ambas partes, sobre todo tras el compromiso de comenzar a estrechar relaciones entre DEV y cada una de las diferentes asociaciones provinciales de videojuegos que existen en España. Hay que permanecer alerta, qué duda cabe, pero quizás vaya siendo hora de celebrar que se ha puesto la primera piedra de algo que es tan necesario para la industria española del videojuego como lo puede ser la financiación, la visibilidad o cualquier otra de las históricas reivindicaciones del colectivo. Esta reunión ha creado un pequeño marco de confianza. A partir de aquí podemos comenzar a construir.
Juan Manuel Moreno es cofundador de la web española Nivel oculto, dedicada a los juegos independientes.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.