_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ajustes extraños

Los creadores de 'Stranger Things' quieren que ajuste mi tele. Espero que no se ponga de moda

Un momento de la segunda temporada de 'Stranger Things'.
Un momento de la segunda temporada de 'Stranger Things'.
Jaime Rubio Hancock

Los hermanos Duffer, creadores de Stranger Things, ya están con exigencias. Resulta que si queremos ver la segunda temporada (que se estrena el 27 de octubre) en condiciones hay que ajustar los televisores y desactivar las funciones que suavizan el movimiento, para que así se aprecie bien la estética ochentera de la serie. De lo contrario, explican, su cuidada producción parecerá rodada “con un iPhone”.

No lo voy a hacer. Alguno dirá que peor para mí y puede que con razón, pero no pienso ceder. No es que me parezca mal que me den un consejo para ver su serie un poco mejor, lo que me da miedo es que esto se ponga de moda.

Si ahora hacemos caso a los Duffer, luego vendrán los creadores de Ozark y nos pedirán que ajustemos el color para apreciar bien los tonos azules. A esto responderán los de Preacher que a su serie le pegan más los tonos cálidos. “Ajusta bien el volumen”, saltarán poco después los productores de Empire, preocupados por la posibilidad de que no disfrutemos bien de la música.

No es broma: corremos el riesgo de perder 15 minutos entre serie y serie peleándonos con los menús de la tele. Y todo porque el director de animación de Rick y Morty (por ejemplo) recomiende subir el contraste o porque, yo qué sé, uno de los actores de Juego de tronos nos pida que activemos el modo RGB (ya estoy inventando) para que se le vea la piel bonita.

Al final acabaremos con inspectores en casa.

—Tiene que correr esta cortina.

—Así estoy bien.

—Mire, o corre la cortina o se verán brillos.

—A mí no me molestan.

—Pero al director sí. Muchísimo. ¿Quiere que llame al director? No, ¿verdad? Pues entonces.

Por eso no pienso hacer caso a los hermanos Duffer. Que se adapten ellos a mi tele.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jaime Rubio Hancock
Editor de boletines de EL PAÍS y columnista en Anatomía de Twitter. Antes pasó por Verne, donde escribió sobre redes sociales, filosofía y humor, entre otros temas. Es autor de los ensayos '¿Está bien pegar a un nazi?' y 'El gran libro del humor español', además de la novela 'El informe Penkse', premio La Llama de narrativa de humor.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_