Paradójicos enunciados
En su primera muestra individual en una institución, Kiko Pérez recopila obras que diluyen el concepto estricto de pintura y escultura
German Haircut, primera exposición individual en una institución de Kiko Pérez (Vigo, 1982), es una propuesta clásica, desarrollada por un abundante número de obra que recorre las salas, a pesar de que pocas piezas son necesarias para explicar su producción, propia de un territorio de gestos adheridos a una inagotable contemporaneidad. La Fundación Luis Seoane en A Coruña, cumpliendo con la programación expositiva de su anterior dirección, compone, junto con la muestra de Carlos Maciá en la planta baja, una mirada (entre otras posibles) a la pintura en la actualidad.
Antes de iniciar la visita, un consejo: observar atentamente la primera obra del itinerario, donde encontramos las claves de la exposición: revisión, tiempo y análisis. El recorrido de German Haircut alcanza una década de trabajos en papel con obras de este mismo año en las que, además, su obra se enriquece con cemento y madera. El diseño y el montaje adquieren valor crítico, con trabajos que diluyen el concepto estricto de pintura y escultura, situándose en un límite sugerente de indicios, reconocimiento o etiquetaje.
Son paradójicos enunciados (como el mismo título de esta exposición avanza) que no garantizan el nombre de las cosas, tan sólo introducen un relato abierto que soporta la entrada de diferentes procesos y referencias, para llegar finalmente a entendimientos compartidos. Para ello, el artista se entretiene en lo pictórico, manipula y mastica cada uno de los fragmentos matéricos que componen las superficies para retornarlos en carnalidad, forma y presencia: sesión de anatomía.
Insisten en este proceso las dos esculturas presentes, emocionantes al pensarlas manipuladas del mismo modo, convocando mensajes, gestos profundos. Incluso huellas de manos para calcular el resto de los miembros. Un obsesivo hábito el de esbozar el discurrir del presente a trozos, a mordiscos, con planos, líneas y formas geométricas y constructivistas que se filtran como símbolos transitorios. Obras a modo de rompecabezas, de lugares recortados, que fluctúan lo extravagante y lo furtivo, funcionando como repositorio de experiencias, de conceptos e imágenes bajo una perspectiva de ensamblajes. Son composiciones que, en un primer golpe de vista, se ofrecen ásperas, inflexibles, pero, recorridos los diferentes materiales, planos, soldaduras, recortes y huecos que las articulan —después de vivirlas—, se muestran liberadoras. Piezas construidas y pensadas en voz pretérita, en trayectos retrospectivos, como si se volviese sobre lo ya visto para completarse y proyectarse, para reactivarse. De este modo, en la visita suena una melodía ensayada que, al finalizar, ¿recuerdan?, reanuda en la primera pieza.
‘German Haircut’. Kiko Pérez. Fundación Luis Seoane. A Coruña. Hasta el 1 de octubre.
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