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Los niños conquistan la noche del sábado en La 1

Edu Soto presenta 'El árbol de los deseos' y Jaime Cantizano, 'Jugando con las estrellas'

La consigna es pedir un deseo. La única condición: no puede ser para uno mismo. ¿Qué elegirías? Un grupo de niños de entre ocho y 11 años tiene que responder a esa pregunta en El árbol de los deseos, el nuevo programa de La 1 que arranca este sábado (23.15). La conducción está a cargo de Edu Soto. El actor, que saltó a la fama por el personaje de El Neng en el programa de Andreu Buenafuente, hace equilibrio entre el humor y la emoción en un formato que apela a despertar la solidaridad de los niños. “Lo bonito es que piensen en otra persona, proponerles la felicidad para alguien más”, explica Soto, que se viste por primera vez de presentador. Lo hará en la renovada noche de los sábados que hoy estrena La 1, en la que apostará por el entretenimiento para toda la familia con niños como protagonistas en este espacio y en Jugando con las estrellas (22.00), con Jaime Cantizano.

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Un árbol de utilería ocupa el centro del patio de una de las ocho escuelas que participan en el programa. De él cuelgan cintas de colores, en las que los niños han atado los sobres con sus deseos. Soto espera sentado en la casita del árbol, decorada con un tocadiscos, radios viejas y otros adornos antiguos. “Soy David”, grita uno de los niños y golpea la puerta. EL PAÍS asiste a la grabación de la parte del programa en la que los niños son los protagonistas con una entrevista en la que el actor indaga dentro de sus cabezas. ¿Qué pediste? ¿Para quién? ¿Por qué? “Los niños son muy difíciles de manejar. Cuando está encerrado en sí mismo y no te da mucho, sufres. Hay algunos que hablan con monosílabos. Pero si se abren, son una pasada”, cuenta el actor.

El resto del programa se trata de cumplir sueños. Desde que una madre conozca a los Hombres G hasta que un primo se reencuentre con su padre que vive en Brasil, al que no ve desde hace siete años. Pero no se cumplen deseos de cualquier tipo. “Un niño puede pedir que su abuelo se tire en paracaídas”, explica Soto, “pero si el abuelo tiene vértigo, puede que el sueño se transforme en una pesadilla”. La producción hace una investigación previa, con cuidado para que el destinatario no lo descubra antes de tiempo.

"Ya no me siento encasillado"

El programa tiene el tono inevitable que le imprime el cómico. Entre una entrevista y otra, Edu Soto desliza chistes, aprovecha los comentarios de los niños para hacer bromas e improvisa respuestas ingeniosas a las ocurrencias de los participantes. Pero en El árbol de los deseos también hay momentos emotivos. “Hay deseos que te ponen muy a flor de piel”, describe el actor. Como el caso de una escuela en la que hay una alumna que nació sin dedos y toda la clase pidió una mano biónica para ella. “Hay trabajos que si no funcionan, no hay recompensa. Pero aquí ya ha habido recompensa, pues he vivido cosas bonitas”, reflexiona el actor.

Soto dice que ya no le pesa la mochila de El Neng. Hubo un tiempo en el que se sentía encasillado, pero ya lo ha superado. Desde entonces ha demostrado su versatilidad haciendo humor en la televisión o un musical en el teatro como Cabaret y se ha ganado cierto reconocimiento como imitador y cantante en Tu cara me suena. A pesar del amplio abanico de papeles que ha abarcado, dice que tiene muchas cuentas pendientes, como hacer más cine o zambullirse de lleno en la música.

Edu Soto entrevista a un niño en la casita del árbol.
Edu Soto entrevista a un niño en la casita del árbol.Shine Iberia

El actor cree que la conducción de programas para niños podría ser una oportunidad. Se le ve cómodo jugando ese papel. Como cuando le sugiere a una de las niñas que abrace el árbol para que le cumpla sus sueños porque “los árboles son muy cariñosos”. Y ella le hace caso. O cuando sale airoso de preguntas incómodas, como la de David: “¿Dónde van las cartas con los deseos que no se cumplen?”. Soto responde sin dudar: “Quedan en la copa del árbol, para ver si algún día se cumplen”.

Los famosos, vistos por sus hijos

"No me he vuelto a echar maquillaje, estoy rojo de la vergüenza desde el programa", bromea el fondista Chema Martínez, uno de los participantes de Jugando con las estrellas, el formato que arranca hoy (22.00) en La 1. Bajo la conducción de Jaime Cantizano, diferentes personalidades compiten junto con sus hijos contra otros famosos en una serie de pruebas que muestran la relación entre ambos y cómo ven los niños a sus padres.

"De todo lo que hace papá, ¿qué es lo que más rabia te da?", pregunta el presentador en una de las pruebas. El programa busca explotar al espontaneidad de los niños. "No es es un programa ñoño. Le hablamos a los niños con naturalidad y ellos dicen cosas muy claras", destaca Cantizano durante la presentación del programa.
En otra de las competiciones, uno de los niños tiene que describir un objeto que no había visto nunca antes —como un casete VHS— mientras el padre o la madre intenta adivinar con los ojos cerrados. El programa está basado en el formato británico Big Star's Little Star. El premio final del concurso irá destinado a la ONG que elige cada pareja de padres e hijos.

Jugando con las estrellas también se mete en la casa de los famosos y muestra algunas facetas de su vida familiar.  El torero Óscar Higares admite que le intimidaba grabar con su hija. "Al principio estaba más apretado que cuando toreaba, pero después me lo pasé muy bien", recuerda Higares.

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