‘Missing Richard Simmons’: ¿Qué fue del Oprah del aeróbic?

Un día cualquiera dejas de ver a un amigo. Sin avisar ya no hay nadie al otro lado del teléfono. Su mansión está amurallada. Tu amigo se llamaba Richard Simmons, y resulta que sus clases de aeróbic también acompañaban a otras miles de personas. Un día, esa conexión se rompió sin dejar rastro.

Para los que nunca lo vieron en ebullición, Simmons es imposible de describir: es rimbombante, chillón y viste mallas de colores llamativos. Pero, en realidad, sus movimientos de cadera e inagotable energía le habían servido para erigir un imperio comercial comparable al de Oprah. Vendió más de 20 millones de vídeos, apareció en más de 30 programas de Letterman, en un culebrón diario e incluso en una película de Fellini. Había entregado todo a su faceta pública. Richard era, aun así, un misterio.

Pese a nadar entre fama y lujo, Simmons mantenía casi en secreto su rostro humilde. Escribía cartas personales a sus seguidores y, desde la presidencia de Gerald Ford, nunca había faltado a su clase de aerobic, un espectáculo con drama, ejercicio y desnudez. Hasta que un día de 2014, Richard no entró por la puerta. Sus amigos más íntimos dejaron de verlo.

¿Lo había secuestrado su ama de llaves? ¿Se cambió de sexo? ¿La depresión lo había encerrado de por vida? Nada tenía sentido. Durante años, se había entregado a su público, incluso llamando a desconocidos regularmente para escucharlos gratis. Tras numerosas charlas, les había ayudado a adelgazar y se convirtió en un amigo ¿Cómo era posible que desapareciera de un día para otro?

Missing Richard Simmons, un melancólico podcast que se ha convertido en tres semanas en uno de los más escuchados, trata de resolver este misterio lleno de giros y superar así su pérdida. Dan Tarberski, cineasta alumno y amigo, sirve de voz a su cautivadora y personal narración.

No hay escabrosos asesinatos como en Serial, pero sí brujería, fama, depresión y, sobre todo, relaciones humanas que ahondan más allá de la caricaturesca fachada de su ausente protagonista. Aunque no lo conocieras, lo echarás de menos nada más ponerte los cascos.