El Cabildo exige explicaciones a Calatrava por deficiencias en el auditorio de Tenerife
Los fallos en el revestimiento del edificio inaugurado en 2003 provocan humedades
El Consejo de Gobierno del Cabildo de Tenerife ha enviado una carta urgente al equipo del arquitecto Santiago Calatrava y a las empresas adjudicatarias de las obras de construcción del Auditorio de Tenerife Adán Martín para que solucionen las goteras que afectan al edifico y se busque una solución “lo antes posible”. Las deficiencias en este emblemático edificio fueron detectadas tras un peritaje que demuestra que existen fallos que afectan al revestimiento y que provocan filtraciones de agua y humedades en algunas zonas. En este sentido, el Cabildo tinerfeño considera que es obligación de los responsables de la construcción que determinen las soluciones necesarias para “subsanar estas patologías, ya que la ley establece un período de 15 años, si aparecen deficiencias en la construcción”. La Corporación insular encargó el pasado mes de abril a la empresa Intemac el informe de evaluación del estado del edificio. Fue entonces cuando se detectaron las deficiencias en el revestimiento, que había perdido numerosos azulejos de los que recubrían el cemento del auditorio. Fuentes del Cabildo tinerfeño han informado al EL PAÍS de que por el momento no han recibido una respuesta por parte de la oficina de Santiago Calatrava, y de que en ningún caso se ha planteado el cierre de las instalaciones. Sin embargo, la oficina de comunicación del arquitecto valenciano ha confirmado a este periódico que está al tanto del mensaje del Cabildo de Tenerife y que “el estudio permanece a la espera de recibir el informe de Intemac para poder estudiarlo, ya que es la primera vez, desde su inauguración en 2003, que se ha informado de alguna anomalía”. Del mismo modo, “el estudio de Santiago Calatrava se pone a disposición del Cabildo para analizar esta situación”.
El auditorio de Tenerife Adán Martín está considerado como una de las joyas arquitectónicas de la Isla. Ubicado en el barrio de Cabo Llanos, una de las zonas más modernas de Santa Cruz de Tenerife, el edificio se erige en una parcela de 23.000 metros cuadrados de la que el auditorio ocupa 6.471 metros cuadrados. Cuenta con una sala sinfónica con capacidad para 1.616 personas y una sala de cámara con 422 localidades. Está revestido de azulejo blanco que se expande desde la base hasta una enorme pestaña de 60 metros de altura. Las dificultades en la construcción fueron numerosas desde que se adjudicaron las obras en 1997 hasta su inauguración en 2003. Los trabajos triplicaron el presupuesto inicial: de 27 a 72 millones de euros.
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