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“Cada vez se lee peor”

Javier Santillán, un execonomista del Banco de España, decidió cambiar los grandes números por los libros pequeños para fundar la editorial Gadir

Javier Santillán, fundador de Gadir Editorial.

“Fundar una editorial con vocación de mediterraneidad”. Esta fue la pulsión primera en el año 2004 de Javier Santillán, un execonomista del Banco de España que hace una docena de años decidió cambiar los grandes números por los libros pequeños. Y así, siguiendo el verso que cantó otro gran mediterráneo como Joan Manuel Serrat, Santillán comenzó a “amar los mundos sutiles” machadianos, aquellos que solo pueden encontrarse en los casi trescientos 'libros-diamante' que lleva publicando todo este tiempo.

Desde aquella génesis tenía claro el nombre que pondría a su editorial: “Gadir Editorial es un homenaje a Cádiz, la ciudad mas antigua del occidente europeo. Una ciudad históricamente una fundamental para España: Cádiz tiene tres mil años y es la base de España”, comenta Santillán.

Así pues, esta colonia fenicia, sede de las Cortes, allí donde nació nuestra primera Constitución, era la mejor compañera de viaje: “Además, es que me encanta Cádiz”, confiesa el editor.

Tenemos una clara orientación hacia la literatura mediterránea

La editorial con vocación generalista (ficción, poesía, ensayos, literatura infantil y juvenil) está orientada a los clásicos pero con un sentido muy amplio, pues editan también a autores vivos, un hecho que constituye una cierta particularidad que les aleja de otro tipo de editoriales con catálogos que parecen más bien cementerios. “Tenemos una clara orientación hacia la literatura mediterránea”, explica Javier que, a su vez, detecta una cierta ausencia de la misma en los últimos tiempos: “En los dos últimos siglos en España ha habido una preponderancia de la cultura sajona y francesa. Nosotros queremos contrarrestar este hecho prestando atención, por ejemplo, a la literatura italiana que ha estado muy marginada editorialmente”.

Con una línea editorial humanística que atiende a valores morales y conceptuales -mucho más que comerciales-, el mayor éxito de Gadir es moral. Javier Santillán se refiere, probablemente, al día en que se fue a dormir y en su catálogo acababa de estrenarse el Zibaldone de Giacomo Leopardi, una obra magna cuya extensión y particularidad ha dificultado su divulgación fuera de las fronteras de Italia. “Este libro no ha tenido éxito comercial pero estoy convencido de que es la mejor edición que se ha hecho en castellano”, concluye orgulloso Santillán. También le asalta cierta satisfacción cuando habla de la colección infantil en la que es posible encontrar a clásicos rusos, franceses o italianos para lectores de edades tempranas. Y, por supuesto, siente un singular deleite por ser el editor de Antonio Ferres, “un autor excelso del que hemos publicado buena parte de su obra”.

La crisis no solo es económica, sino también intelectual, moral y de valores

Para Santillán hay un antes y un después de la crisis que ha vivido Occidente: “Cuando empezamos no sabíamos que iba a pasar lo que ha pasado. Hablo de una crisis de una magnitud brutal, no solo de dimensiones económicas catastróficas, sino también una crisis intelectual, moral y de valores que la ha acompañado y que esta aquí, no sabemos si para quedarse”, afirma preocupado el editor. Para combatirla, ellos no dejan de publicar libros que emocionen y hagan pensar: “Si esto sirve para algo deberían decirlo otros. Uno, la verdad, se lo pregunta todos los días”. Hace apenas unos meses Gadir Editorial estrenó librería en el centro de Madrid (Plaza del Niños Jesús, 4) con la idea de tener un punto de exposición y sobre todo, “de hablar y conocer a la gente para explicarle en qué consiste lo que hacemos”.

Entre los impedimentos que ha debido sortear en este tiempo Javier Santillán destaca, más allá de la crisis mencionada, “una generalización de la banalidad que impera en esta sociedad, por no hablar del poder de la televisión que induce a la gente a perder el tiempo”. En este sentido, el editor desconfía de las encuestas oficiales que no ponen el foco en los bajos índices de lectura: “Pese a lo que digan esas encuestas, cada vez se lee peor”. A pesar de habitar en un escenario especialmente aciago, Santillán cree en los libros y recuerda al poeta y filósofo estadounidense R.W. Emerson que señaló uno de los motivos más eficaces: “Rodearse de libros es rodearse de las personas más valiosas; con la gran ventaja de que éstas nos hablan solo cuando queremos que nos hablen”.

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