Dos abuelas
Una de las primeras reglas para un vídeo que aspira a convertirse en viral es que te sientas identificado con la historia
Cuando vi el vídeo del anuncio de la Lotería de Navidad, tuve que pararlo un par de veces para respirar, secarme las lágrimas y no hacer el ridículo en el trabajo, donde estaba viéndolo. Mi hermana me lo envió por WhatsApp minutos después: “Menuda panzada a llorar”. Entonces pensé que, o los publicistas conocen muy bien a mi familia, o estaba ante un pelotazo que recordaríamos más allá del sorteo.
En realidad, la señora Carmina, esa que disimula que no se entera de lo que pasa para que le hagan un poco de caso, no se parece a la única abuela que me queda. Mi abuela tiene 96 años y se llama Flora. No es de Asturias, no recuerdo que compre lotería y le da igual el marisco. Y yo la llamo por teléfono menos de lo que debería porque, me digo, me paso el día como una moto y nunca tengo tiempo. Ahí estaba la conexión con Carmina. Y una de las primeras reglas para un vídeo que aspira a convertirse en viral: que te sientas identificado con la historia. Este tiene más de 4 millones de visitas en YouTube en una semana.
El sadvertising, la corriente publicitaria que juega con las emociones del público usando la nostalgia y la tristeza, se ha apoderado de las campañas en España. Tanto que en Twitter, la red social de los chistes por excelencia, había más quejas por cómo nos habían hecho llorar que bromas. Pero funciona: ahora hay más historias tristes en los anuncios navideños que panderetas.
Aun así, puedes mezclar nostalgia, emociones y una abuela en una historia y que no se parezca a esos anuncios que nos hemos acostumbrado a ver en redes sociales. Como cuando, a sus 92 años, llevamos a mi abuela a la playa por primera vez en su vida. Mi cabeza, acostumbrada a analizar virales, imaginaba una escena tierna con el mar de fondo. ”Esto está muy bien, hija, pero me habría gustado más con 20 años menos”, me dijo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.