“¿Y les pagan por esto?”

Este fin de semana se celebraba en Madrid un festival de youtubers que reunía a famosos creadores españoles de vídeos en esta plataforma. Entre el público se repetía una escena casi tierna: padres desubicados acompañando a sus hijos que no entendían lo que pasaba allí. Que preferirían haberse gastado los 68 euros de la entrada en otra cosa.

Como decía una de las asistentes —23 años, licenciada—, "hay que entender que es una forma más de entretenimiento". También hay quien pasa horas en la Feria del Libro para que le firmen un best seller y quien se deja los ahorros para ver a su equipo en la Champions. Incluso quien pasa el sábado en la calle Ferraz cantando consignas a favor o en contra de Pedro Sánchez. Cada uno elige sus pasiones.

Pero tendemos a desconfiar de los más jóvenes. Como cuando mi padre nos decía que nos quedaríamos tontos porque la tele nos tenía enganchados. Ahora, ya jubilado, no se pierde Amar es para siempre.

La revista Time ha incluido a El Rubius, el youtuber español con más seguidores, en su lista anual Next Generation Leaders, junto a deportistas, activistas, y biomédicos. "Si soy un líder, soy el líder de los bichos raros. Mis vídeos muestran que está bien ser diferente. Creo que hacen que la gente se sienta menos sola", decía El Rubius, en inglés. Rubén Doblas apenas da entrevistas porque está cansado de que le pregunten si lo suyo es un trabajo de verdad y si le pagan por eso.

No hay razones para pensar que las nuevas generaciones son menos listas. De hecho, los estudios nos indican lo contrario. Los youtubers profesionales pasan horas preparando el guion, grabando y editando. Con ellos ocurre como con los videojuegos y el cómic, que han aguantado años de descalificaciones hasta alcanzar el estatus de cultura.

Con 24 años, El Rubius alimenta la octava cuenta de YouTube con más seguidores del mundo, 21 millones. Si finalmente se convierte en un líder, no lo será de los bichos raros, sino de personas muy normales.