Forastero Oliver
Internet y ser un británico sin pelos en la lengua hace de John Oliver uno de los presentadores más populares de la televisión estadounidense
El programa del británico John Oliver acaba de ganar tres premios Emmy. Un reconocimiento del que se habla poco quizá, al menos fuera de EE UU, pero que tiene su importancia. Oliver no es una estrella emergente ni lo acabamos de descubrir. Lleva más de 15 años dedicado a la comedia a través de la televisión, la radio, el cine, podcasts y sus actuaciones en directo. De hecho, desde su desembarco estadounidense en 2008, acumula ya siete galardones de la Academia de la Televisión por presentar y escribir (junto a un amplio equipo) un programa de actualidad basado en el humor.
Last Week Tonight (HBO, en España se ve de momento en Movistar Series), es una mezcla de talk show, periodismo de investigación, bromas y grandes dosis de ironía. En sus monólogos, que pueden llegar a durar hasta 20 minutos, y muchos se convierten en virales en las redes sociales, trata temas como las posiciones dentro de EE UU sobre la crisis de los refugiados, la corrupción en la FIFA, los teleevangelistas o, por supuesto, Donald Trump (tiene un vídeo hablando sobre él que lleva 30 millones de visualizaciones en YouTube).
Pese a que admite una y otra vez que su única responsabilidad es “intentar que la gente se ría” y que en su programa no hacen periodismo, todo de lo que se burlan está basado en hechos reales confirmados y reconfirmados por su equipo. Parte de la gloria de este británico reside en sus monólogos virales. El éxito en YouTube ha hecho que lleguen más espectadores a su programa, pero lo interesante, lo que le ha dado la nota distintiva, es ser un forastero y decir sin tapujos (que el programa sea de la privada HBO y no esté en una cadena nacional ayuda también) verdades incómodas que a veces los informativos estadounidenses dejan pasar.
Al ganar el Emmy, Oliver admitió que ser británico en EE UU (con tanta historia y educación compartida entre ellos) es un punto a su favor: "Los comediantes somos de por sí forasteros. Y en nuestro caso, el acento británico nos da un 80% de autoridad más de la que en verdad tenemos. En los tiempos del imperio era un 100%". La perspectiva externa, la calma de no depender de nadie, analizarlo todo desde fuera y tratar de no ser partidista... ¿Quién de fuera podría hacer de Oliver en la televisión de España?
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