¿Qué pasa con ‘Paquita Salas’?
'Paquita Salas' es la nueva serie de Atresmedia que en los últimos días ha revolucionado el mundo 'seriéfilo' digital
Paquita es representante de actores. "Júntate a mi lado y habrá éxito". Pero en realidad, aunque no lo reconozca, Paquita está de capa caída. Peor aún. Los grandes nombres se marchan de su lado. Los actores son gente desagradecida que desprecian un papel con frase en El secreto de Puente Viejo. Paquita es un rescoldo del pasado, de una época en la que el mundo de la farándula funcionaba de otra forma. Ella y su ayudante no se entienden bien con el correo electrónico. La carpeta de spam es un misterio para ellas.
Paquita Salas es la nueva serie de Atresmedia que en los últimos días ha revolucionado el mundo seriéfilo digital. Su primer capítulo —para el resto habrá que esperar hasta septiembre— ya está disponible en Flooxer, plataforma online de Atresmedia decidida a apostar por la producción propia, como si de un canal de televisión más se tratara.
Los creadores de la serie, Javier Calvo y Javier Ambrossi, han tirado del socorrido recurso al falso documental para presentar al que puede convertirse en el personaje del año en la ficción nacional. El actor Brays Efe ha construido con Paquita un personaje entrañable que al principio desconcierta pero que, una vez terminados los poco más de 20 minutos (bendita duración de los capítulos ajustada a las necesidades de la trama, bendito Internet...), quieres achuchar y pedirle que te acompañe a todas partes. Además de Efe, la serie cuenta con una gran Belén Cuesta y con varios cameos de gente dispuesta a reírse de sí misma o del mundo televisivo y cinematográfico.
Con cierto aire a Curb Your Enthusiasm, The Comeback o incluso a las españolas Qué fue de Jorge Sanz o El fin de la comedia, Paquita Salas hurga en las miserias de ese mundo pasando de la carcajada a la lágrima en cuestión de pocos minutos. En su contra juega, precisamente, una de sus principales virtudes: no es una serie para todo tipo de público, y funciona mejor entre quienes conozcan mínimamente el mundo que refleja. Quizá por eso su espacio perfecto sea Internet, donde hay un importante nicho de espectadores que valoran este tipo de oferta televisiva, la novedad, el riesgo y la identidad propia. Paquita Salas es muy española. Y gustará más a quien sea capaz de captar sus metarreferencias. Pero, afortunadamente, también tiene alma, y eso la hace universal y nos da esperanzas y muchas ganas de esperar al resto de episodios.
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