El mecánico de bicis que se pasó al pop
La formación mexicana Caloncho presenta en España su disco 'Fruta (Vol. 2)', una lista de canciones optimistas y ligeras
Sus canciones suenan a playa, a brisa marina, pero él no ha crecido bajo una palmera ni tocando la percusión entre cocoteros. Caloncho, líder de la formación que lleva su nombre, nació y se crio en Obregón, una ciudad del desierto de Sonora, en México. A pocos pasos de la frontera estadounidense de Arizona y en la cotidianeidad del inglés como lengua prácticamente cooficial. Sin embargo, las melodías luminosas que esparce entre sus composicioneshacen que nos le imaginemos perpetuamente enuna isla donde reina el hedonismo. Algo tendrá que ver que sus discos se dividan en dos volúmenes titulados Fruta y que un bufé colorido de productos tropicales acapare la portada.
Esta semana, Caloncho pisa por segunda vez España. Actuará el próximo viernes10 en el café Berlín de Madrid y el sábado 11 en el festival Bona Nit de Barcelona. Justo en las dos ciudades que visitó hace unos años de pasada, cuando estudiaba Relaciones Internacionales en Francia. "Las vi corriendo, pero ya me encantaron", recuerda con ilusión en el hotel céntrico de la capital donde se aloja, poco después de aterrizar y echarse "una siestecita". No pensó que le tocaría regresar también de forma fugaz, pero con otro objetivo bien distinto al de saludar a su familia entre asignaturas y exámenes. Ahora presenta una serie de canciones creadas dentro de "lo amable, de lo fácil de escuchar", describe sin titubear.
"Entiendo el pop sin ningún estigma de prefabricado. Es lo que me sale. Con que me guste es suficiente", dice quien tuvo a su alrededor las canciones que le cantaban su padre y su abuelo, el "gen familiar" más cercano a las rancheras y al folclore mexicano que al rock, el folk o los estilos norteamericanos que ponía en la radio. "Me encantan esos sonidos", aclara, "pero yo fui definiendo cada etapa de mi personalidad con la música. Primero me llegaron los cedés de los grupos ligados al 'skate' como Sublime oNOFX. Luego adopté algunos de los pegadizos himnos de Ska-P y después tuve una transición hacia el reggae y los Beatles", cuenta.
Puede que, salvo sus escuchas adolescentes, se distingan chispas de cada una de sus influencias en temas como Palmar o Bésame, morenita, los más aclamados. Entre estrofas directas y versos sueltos que hablan de "la interacción fraternal,la nobleza" se cuelan alusiones a Bob Marley o, sobre todo, referencias a Jack Johnson. En el músico y surfista de Hawai encuentra sus mayores analogías. "De repente me llegó un disco suyo y me quedé con el toque de compás que marca con el pie", sonríe imitándolo con manos y rodilla, "y no dejé de seguirlo hasta ahora". Todo manteniendo el mismo optimismo y la idea de que es un extraño en el mundillo del pop: "No termino de sentirme 100% esto. Vengo de terminar unos estudios sin relación con la música; he trabajado como mecánico, arreglando bicis, y alternando la vida en Obregón con Guadalajara haciendo mil cosas", suelta a sus 29 años, como si viera el crepúsculo de su profesión.
¿Y eso? ¿Por qué no termina de creérselo quien ha competido con su amigo y mentor Shiddhartha a Mejor Álbum de Música Alternativa en los últimos Grammy Latino? "Muchas veces veo esto, el pop, como una pendiente que después se evapora", piensa, a pesar de que él se encuentra en el primer escalón dela subida. Gracias, según afirma junto a su manager, a aprovechar los contactos, saber moverse y la presencia de las redes. "Venimos de internet. Hemos gustado por casualidad a padres y sus hijos. Y hemos calado en muchos estratos", sopesa. "México es un gran mercado. Y tenemos ahora mismo la suerte de la gran 'hispanización' que se está produciendo en Estados Unidos, con duetos de artistas gringos y latinos. Se ha reinventado el underground y el mainstream. Tiene mucho que ver con plataformas de streaming", analiza Caloncho con esa jerga chicana que mezcla indiscriminadamente el español con el inglés y que tanto le gusta introducir en sus estrofas.
De lo que prefiere no hablar en sus temas, por no sentirse como "un revolucionario político", es de la situación social de México. Entiende que la inseguridad y el narco deben estar en la agenda gubernamental y se posiciona a favor de la legalización -"llevamos muchos años sin ella y vemos que no funciona", esgrime- pero tiende a ver "lo positivo del presente", incluso con casos cercanos de asaltos o robos. Al menos es lo que pretende mientras ejerza de músico. Dándole frescura, luminosidad y gotas de sal al desierto de Sonora antes de, quién sabe, volver al taller y ajustar ruedas de bicicletas.
Babelia
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