Ocho planes para mayo
Un toro charolés en el Teatro Real, arte de la posguerra española y 'suites' de Bach en el Palau de Barcelona
TEATRO
Victòria, de Pau Miró. Teatro Nacional de Cataluña, Barcelona). Del 4 de mayo al 12 de junio.
Tras el éxito de Jugadores, comedia íntima y agridulce, Pau Miró amplía el foco para narrar y dirigir la crónica de un triángulo amoroso y de la lucha antifranquista en los días de la huelga barcelonesa de tranvías de 1951. Gran reparto: Joan Anguera, Mercè Aránega, Pere Arquillué, Jordi Boixaderas, Nil Cardoner, Mar Ulldemolins y Emma Vilarasau (en el papel protagonista). Por Marcos Ordóñez
¡Cómo está Madriz!, sobre obras de Chueca y Valverde. Teatro de la Zarzuela, Madrid. Del 20 de mayo al 12 de junio.
Miguel del Arco vuelve al musical, donde comenzó su carrera, pero esta vez en clave zarzuelística: ha adaptado en clave onírica (un doble viaje en el tiempo) dos joyas del género, La Gran Vía (1886) y su continuación, El año pasado por agua (1889), con felices partituras de Chueca y Valverde. Cuenta con un elenco de treinta actores y cantantes, entre los que destacan María Rey Joly, Ángel Ruiz, Paco León, Jorge Usón y Manuela Paso. Por M. O.
ARTE
El Aduanero Rousseau. La inocencia arcaica. Museo D' Orsay. París. Hasta el 17 de julio.
Todo lo que Gaugin fue a buscar a los paraísos de los mares del sur, el Aduanero Rousseau lo encontró casi sin salir de su país ni ver la jungla. Sus oasis placenteros nacieron de la gracia y la espontaneidad, de la libertad de pensamiento y, sobre todo, de su voluntad de retratar la fábula humana, sin sueños ni monstruos. Abrió la puerta del arte a sus hermanos primitivos, Blondel, O' Brady, Metelli... pero también a la pintura ingenua de Paul Klee y Joan Miró. El Museo d' Orsay reúne sus obras maestras y las confronta con otros lienzos prestados por prestigiosas colecciones públicas, de autores como Seurat, Picasso, Kandinsky y Delaunay. Por Ángela Molina
Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española. 1936-1953. Museo Reina Sofía. Madrid. Hasta el 26 de septiembre.
Acaba de abrir en el Museo Reina Sofía una exposición comisariada por María Dolores Jiménez Blanco, Campo Cerrado. Arte y poder en la posguerra española. 1936-1953, que termina por ser el lugar para una reflexión que a lo largo del recorrido nos persigue igual que un fantasma: ¿se puede ser franquista y “moderno”? ¿Debemos eliminar de la memoria y la historia de esa Modernidad a Dalí o Eugenio d’Ors por sus simpatías y hasta tratos con la dictadura? La muestra, muy rigurosa –trabajo de tantos años-, invita a una reflexión más allá de la situación anómala en un país donde después de la guerra se hizo evidente no sólo represión y el ostracismo. En sus salas, en las aporías que van desvelando, emerge la paradoja misma de la Modernidad española en España: algunos de los vanguardistas más radicales fueron simpatizantes del ejército rebelde. De hecho, si intelectuales y escritores de ideas opuestas convivieron tranquilos antes de la guerra, la posguerra marcó múltiples estrategias de visibilización y supervivencia que Campo cerrado pone sobre el tapete como le lección por escribir de la historia de España. Por Estrella de Diego
In America: Soul of People, 1939-1946. Mike Disfarmer. Galería BernalEspacio. Madrid. Hasta el 4 de junio.
Quizás es mucho exagerar comparar a este fotógrafo norteamericano nacido en Arkansas (1884-1959) con August Sander, pero sí es un dato que otro gran fotógrafo, Richard Avedon, le considerara de una gran influencia en su obra. Disfarmer fue un excéntrico y poco comprendido fotógrafo de la américa rural que capturó no obstante el perfume de los días de una sociedad doliente inmersa en una Gran Depresión y en la escasez tras la Segunda Guerra Mundial, y que con la misma sensibilidad extrajo lo mejor de una sociedad más optimista durante los años cincuenta. La sala madrileña presenta por primera vez en España su trabajo en paralelo a la retrospectiva que la Fundación FOAM de Àmsterdam le dedica con más de 200 vintages. Por Á. M
Jorge Macchi. Perspectiva. Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Hasta el 31 de mayo.
El Malba de Buenos Aires –un museo que siempre es un placer visitar - presenta hasta finales del mes la primera gran retrospectiva de Jorge Macchi en Argentina. Las obras de Perspectiva –que abordan muchos y diferentes formatos- plantean la ductilidad de un creador que sorprende por su rigor y sus giros inesperados. En todo caso, lo que fascina de esta muestra curada por Agustín Pérez Rubio es también el montaje sutil -con un uso libre de los tempos y sin tener en cuenta la cronología-, donde se devuelve a las piezas una vida renovada y un diálogo rico y sorprendente. En sus propuestas de colaboración con otras instituciones, más allá de las salas del Malba, Macchi se expone en la Sala de Exposiciones de la Universidad Torcuato Di Tella y en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). En este último se debe visitar una colección apabullante que habla de las grandes pasiones coleccionistas del país a lo largo de la historia. Por E. D
MÚSICA
Moisés y Aarón, de Arnold Shönberg. Teatro Real. Madrid. A partir del 27 de mayo.
Por primera vez en España, podré verse representada una de las óperas cumbres del repertorio del siglo XX: se trata de Moisés y Aarón, obra cumbre e inacabada de Arnold Shönberg, en el montaje de Romeo Castelucci. Creada por el líder de la Escuela de Viena en plena ebullición del nazismo, la ópera indaga en las contradicciones entre fe e ideal religioso en plena Europa convulsa. Por Jesús Ruiz Mantilla
Natalia Gutman, Suites de Bach. Palau de la Música. Barcelona. 19 de mayo.
Natalia Gutman ha dedicado su carerra a la interpretación de las suites de Bach para violonchelo. El 19 de mayo, la artista rusa rinde homenaje a Pau Casals, el músico que las halló en una librería y las puso en la esfera internacional en poco tiempo. Gutman afrontará tres de las seis que componen la serie dentro del ciclo Ibercamera en el Palau de la Música de Barcelona.
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