Objetivo de TVE: retener a Osborne
La televisión estatal pierde pulso informativo y deja de ser un referente en las grandes coberturas
Sin un proyecto definido y a falta de una estrategia encaminada a ser un actor decisivo en la industria audiovisual, Televisión Española atraviesa por una situación crítica. La dimisión, a finales de febrero, del director de la cadena, José Ramón Díez, y la llegada al cargo de Eladio Jareño abre una nueva puerta hacia la incertidumbre. La principal cadena estatal (La 1) pierde audiencia año tras año y ha dejado de ser el referente en las grandes citas informativas.
El uso partidista de la pantalla no solo se da en los noticieros sino que se ha extendido a los bloques de entretenimiento. Además, amplias capas de la sociedad han dado la espalda a la televisión pública. Informes internos dictaminan que la cadena ha perdido el “posicionamiento” que venía ocupando en el tablero sociológico y su espacio se lo ha arrebatado Atresmedia (Antena 3, La Sexta). TVE ha dejado de ser líder en coberturas de especial trascendencia o informaciones de carácter institucional. “Se ha instalado en el limbo”, comenta un alto directivo de la cadena, mientras recuerda que La 1 perdió la primacía en las noches electorales y ahora se ha visto desplazada por el grupo privado que pilota Planeta en el seguimiento informativo de la investidura de Pedro Sánchez.
La política no solo está presente en los telediarios, las tertulias y los debates. También ha entrado en programas de entretenimiento como el de Bertín Osborne o en magacines como el que conduce Mariló Montero. Sectores de la oposición aseguran que los últimos nombramientos en la televisión y la radio pública “han ido en contra de los principios de pluralidad y neutralidad”.
Una de las primeras misiones encomendadas a Jareño es intentar retener en la parrilla En la tuya o en la mía
Jareño, hasta ahora director de RTVE en Cataluña y anteriormente jefe de prensa de la líder del PP en esa comunidad, Alicia Sánchez-Camacho, llega a Prado del Rey en un momento en el que los partidos políticos de la oposición claman por la independencia de la cadena. Algunos, como el PSOE, afirman que con este nombramiento, el PP “ha puesto a la televisión pública en modo electoral”. De hecho, Jareño podría asumir de facto el control de los servicios informativos.
Mientras tanto, algunos partidos están estudiando distintas opciones para intentar desalojar de la corporación estatal al actual equipo directivo, nombrado por el PP. Una de las alternativas barajadas pasa por la renovación del consejo de administración (cuyos nueve miembros son elegidos por el Congreso y el Senado) conforme a la actual configuración del Parlamento. Así, el PP no tendría ya los seis miembros de los que dispone ahora (las otras tres plazas corresponden a PSOE, CiU e IU).
Una de las primeras misiones encomendadas a Jareño es intentar retener en la parrilla el programa presentado por Bertín Osborne En la tuya o en la mía. Fuentes de la corporación aseguran que el detonante de la dimisión del director de TVE fue precisamente el rechazo parcial por parte del consejo de administración a la renovación de este formato de entrevistas. La decisión de contratar solo cinco episodios en lugar de los 18 previstos fue adoptada por el presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, pese a que formalmente la presentó en el seno del consejo el vocal del PP José Manuel Peñalosa. Según fuentes de RTVE, Sánchez optó por recortar el contrato tras saber que la productora de En la tuya o en la mía (Proamagna) había grabado una edición con la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, en la que interviene su pareja, Pedro J. Ramírez.
Para TVE, dejar escapar este formato tiene importantes efectos en la audiencia. Las entrevistas de Osborne pueden superar los cuatro millones de espectadores y la empresa no anda sobrada de programas de éxito. La cadena tiene derecho de tanteo, de modo que si algún otro operador se interesa por el formato, TVE se vería obligada a incrementar el presupuesto.
Audiencia, influencia y prestigio
Los gestores de RTVE han abrazado la máxima de que una televisión pública no debe renunciar al público. Pero la audiencia se ha desplomado. En 2015, cuando TVE-1 cerró por debajo del 10%, tocó mínimos. Superados por Telecinco, los telediarios han experimentado un gran desgaste, provocando una notable pérdida de influencia de los informativos.
En el polo opuesto está el programa de amables entrevistas En la tuya o en la mía, por el que han desfilado los líderes políticos Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, y la serie El Ministerio del Tiempo, que le ha suministrado a TVE la dosis de prestigio que le faltaba.
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