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CRÍTICA / DISCOS

La canción napolitana nunca muere

Massimo Ranieri vuelve sobre sus raíces con un disco con atmósfera de club de jazz

Massimo Ranieri, en un concierto en Sicilia, en 2009.
Massimo Ranieri, en un concierto en Sicilia, en 2009.Flickr

Las primeras noticias de Massimo Rainieri, allá por los inicios de los años setenta, llegaban como continuador y heredero de esa gran cantera de melodistas de la canción italiana. Rainieri (Napoles, 1951) en todas estas décadas ha dado muestras de sobra- música, cine, teatro, musical, espectáculos, shows televisivos- de sus múltiples excelencias artísticas como uno de los grandes performer de la escena italiana. Con su nuevo trabajo musical, Malia- se puede traducir como magia o fascinación- el cantante vuelve a uno de sus escenarios más queridos, la canción napolitana, un género que ha acabado vertebrando su trayectoria artística.

La mirada del cantante se ha depositado esta vez sobre la canción napolitana de postguerra, la melodía que desde Napoles se proyecta a todo el mundo gracias al cine, la radio y el disco como vehículo popular. Ese Napoles donde convive el ejército americano de la Otan y las canciones efervescentes de un Renato Carosone que fusiona la tradición local con el swing. Rainieri, para su viaje musical, se ha alejado de la tentación nostálgica releyendo las canciones, “Anema e core”, “Luna caprese”, “Acarezzame” y otros clásicos, en clave jazzística, bañadas en la atmosfera de un night-club de los años cincuenta- sesenta, esos mismos clubs italianos que veían debutar a un errante Chet Baker desembarcado desde el otro lado del Atlántico.

En la realización del proyecto y labores de producción, la figura de Mauro Pagani, músico, cantautor, compositor de éxitos de bandas sonoras y colaborador del celebrado Creuzâ de mä, el álbum de Fabrizio de André que abría nuevas sonoridades en el mapa de la canción de autor mediterránea en la década de los ochenta. Como acompañamiento, un quinteto de músicos de jazz de primera fila que redescubren las melodías napolitanas como los nuevos estandars del songbook italiano del siglo XX. La memoria viva de uno de los grandes momentos de la música europea del siglo XX.

Malia.Napoli 1950-1960. Massimo Rainieri. (Sony Music Italia).

Diez canciones para amar eternamente la canción napolitana

O sole mio (G.Capurro-E.di Capua). Roberto Murolo.

Himno y bandera de la canción napolitana que Roberto Murolo, el gran narrador y cronista de la canción partenopea, despoja de todo oropel retórico y melodramático restituyéndola en toda su belleza original.

Guapparia ( Libero Bovio-Rodolfo Falvo). Mina.

Desde sus inicios musicales la canción napolitana ha estado presente en la voz de Mina como elemento expresivo, dos discos antológicos como balance de su relación y entre otras, versiones estremecedoras como esta, “Guapparia”, un clásico de la melodía napolitana,

Malafemmena (A. de Curtis). Fausto Leali.

Detrás de la autoría de una de las canciones napolitanas más celebradas, ni más ni menos que el cómico Totó o Antonio de Curtis para el carnet de identidad . Prueba o piedra de toque para todo interprete italiano que Fausto Leali acabo convirtiendo en una gran balada pop.

Tu vuo’ fa l’americano(Carsone-Nisa).Renato Carosone.

Agitando la tradición musical napolitana y los códigos americanos, jazz y swing, Renato Carosone dio con una fórmula original y canciones que contaban con humor la vida y la crónica cotidiana de la Italia de postguerra.

Anema e core (Salve D’Esposito- Tito Manilo). Zizzi Possi & Chico Buarque.

Desde los años cincuenta la canción no ha dejado de seducir a los intérpretes más diversos, los brasileños, la cantante Zizzi Possi y el cantautor Chico Buarque escribían juntos una versión llena de sensualidad y delicadeza a orillas de la playa de Copacabana.

Dicintecello vuje (Enzo Fusco-Rodolfo Falvo). Gino Paoli.

“Es una pasión más fuerte que una cadena…”Otra de las joyas de la canción napolitana escrita al inicio de los años treinta (Siglo XX) que resume esa mezcla de fuerza y sensualidad del género. Gino Paoli a sus ochenta años dejaba una versión cargada de melancolía con la complicidad del piano y jazzista Danilo Rea.

Acarezzame ( Pino Calvi-Nisa). Massimo Rainieri.

La versión de Massimo Rainieri incluida en su antología de la canción napolitana de postguerra devuelve al tema a la penumbra de la sala de fiestas y los cuerpos abrazados de los amantes recortándose entre el humo del night-club.

Cumm’è. (Enzo Gragnaniello) Mia Martini & Enzo Gragnaniello.

El cantautor napolitano Enzo Gragnaniello le ofrecía a Mia Martini uno de sus últimos regalos musicales antes de su trágica desaparición. A la fiesta musical se unirá la voz de Roberto Murolo y el resultado, una de las más bellas canciones napolitanas de las últimas décadas.

Luna rossa (V. De Crescenzo-Vian ) Caetano Veloso.

Como otros músicos e intérpretes brasileños Caetano Veloso ha mostrado su pasión por la canción napolitana como vehículo expresivo. Para su disco homenaje al director Federico Fellini y la actriz Giulietta Massina, Veloso buceaba en su memoria sentimental rescatando aquella “Luna rossa” que la radio difundía junto con los primeros éxitos del Festival de San Remo.

Quanno chiove ( Pino Danielle). Pino Daniele.

El malogrado cantautor Pino Daniele abrió nuevos senderos musicales para la canción napolitana fusionando rock, jazz y música popular mientras creaba los nuevos clásicos y continuadores de la tradición melódica que se había iniciado a finales del siglo XIX.

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