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EN PORTADA / NOVELA NEGRA

Qiu Xiaolong: “No hay un estilo chino”

“En China lo habitual es que alguien del partido cierre el caso con brillo", sostiene el escritor

Berna González Harbour

Hijo de un represaliado de la Revolución Cultural, Qiu Xiaolong (Shanghái, China, 1953), especialista en literatura angloamericana, fue traductor al chino de Joyce, Faulkner, Conrad, entre otros autores... Vive en Saint-Louis pero sus novelas, que mezclan política, vida e intriga policial, describen esencialmente la vida de Shanghái bajo el régimen de Deng Xiaoping. Su héroe, el inspector Chen Cao, protagoniza entre otras, Muerte de una heroína roja, Cuando el rojo es negro, ambas de Almuzara, y Seda roja, El caso Mao y El dragón de Shanghái, esta última recientemente publicada por Tusquets. Qiu Xiaolong responde a estas preguntas por correo electrónico.

PREGUNTA. ¿Hay una nueva novela negra? ¿Un nuevo estilo? ¿Ha evolucionado lo negro?

RESPUESTA. Creo que la novela negra ha evolucionado en esta era globalizada. En mi opinión, es más sociológica y cultural, por lo que es más atractiva para los lectores de todo el mundo. Al menos eso es lo que yo considero un nuevo estilo de novela negra. En cuanto a si hay un género negro chino —si se refiere a las novelas escritas y publicadas en China— creo que no, en el estricto sentido del término. Los policías y detectives chinos tienen que servir ante todo los intereses del Partido y estar totalmente de acuerdo con las autoridades, de modo que la literatura de este tipo sigue también ese modelo. Lo habitual es que, al final, el máximo responsable del Partido cierre el caso de manera brillante y políticamente correcta.

P. ¿Cómo lo definiría?

R. Entre otras características de la novela negra, el protagonista es un personaje escéptico o desilusionado con la política, un rasgo que le permite observar los problemas sociales desde cierta distancia. Ése es otro motivo por el que es difícil encontrar una novela negra china en China.

P. ¿Ha tenido la televisión impacto en la nueva novela negra?

R. Dado el número de espectadores que tienen las series televisivas del género, es inevitable que el lenguaje de la televisión influya en la nueva novela negra. Seguramente me ha influido a mí también. En mi caso quizá sea más difícil, porque veo la televisión tanto en chino como en inglés y tengo que expresar una sensibilidad lingüística que es tal vez una mezcla de los dos idiomas.

P. ¿Ha ampliado fronteras, temas?

R. Está bien que el género haya superado sus límites. En mi opinión es más satisfactorio explorar las circunstancias sociales, políticas y culturales en las que se producen el crimen y la investigación que limitarse a contar un misterio. Por supuesto, los límites pueden traspasarse por diferentes motivos. Una vez más, la situación en China es un ejemplo. Los libros más populares en la actualidad son los de literatura fantástica, thrillers llenos de tumbas y con elementos sobrenaturales, pero que son seguros desde el punto de vista político, una especie de tendencia escapista aprobada por la censura oficial.

P. ¿Ha dado un salto de calidad?

R. Mi estilo es sociológico, aunque me gusta añadir un toque lírico e incorporar poemas a la narración, en la tradición de las novelas chinas clásicas.

P. ¿Cuáles son sus referencias?

R. Mis referentes son T. S. Eliot en poesía; en novela negra, Maj Sowall y Per Wahloo en Suecia, y Manuel Vázquez Montalbán en España.

P. ¿Es novela social?

R. La novela negra es un género social, sin la menor duda.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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