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Canciones trenzadas por andrajosas guitarras

'Untethered Moon', de Built to Spill, garantiza un feliz redescubrimiento

Con el fiero guitarrista de líquida voz Doug Martsch (Idaho, 1969) al frente como único elemento fijo, Built to ­Spill defendieron su puesto en la segunda división durante el carnaval alternativo de los noventa. Nacidos en la independencia, garante de credibilidad en aquellos días, firmaron con una multinacional en la que, curiosamente, permanecen. No causaron histerias generacionales ni obtuvieron grandes ventas, pero sus canciones, trenzadas por andrajosas guitarras y letras de existencial desapego, en la estela de Dinosaur Jr., les ganaron un público fiel. Seguramente esta fidelidad se deba al persistente fulgor de Perfect From Now On, su álbum de 1997.

Untethered Moon no puede compararse a aquella etapa de consolidación, pero lleva impreso el carácter inquieto de un líder que ha ido renovando a su plantilla, para evitar así repetirse y burlar expectativas. Quienes les recuerden por sus letanías a lo Neil Young se verán sorprendidos por estos nuevos temas que siguen a entes escurridizos como David Bowie. El álbum arranca guitarrero, pasional en ‘All Our Songs’, otra hazaña surgida de la improvisación, pero sus mejores pasajes son de construcción pop: ‘Never Be The Same’, ‘Horizon To ­Cliff’. “Luna sin ataduras’’, como el espíritu de ese tipo barbudo que prefiere la vista de las Montañas Rocosas al ajetreo de una gran ciudad. Built to Spill quizá no fuesen Pixies ni Pavement, pero volver a su discografía garantiza un feliz redescubrimiento.

Built to Spill. Untethered Moon. Warner

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