La reencarnación de Mamá

Mamá no lograron sobrevivir al vértigo de los primeros años ochenta, pero en su reencarnación del nuevo siglo ya computan seis años y cinco discos. Y es que los madrileños están viviendo un ciclo de portentosa fertilidad creativa (dinamitando la idea de lo estéril de los “regresos”), sin más secreto que su irrenunciable adicción al mejor pop clásico y a esas composiciones de José María Granados que rara vez alcanzan los tres minutos. Sí, lo suyo es pop inmediato, pero sincero y de enorme calado, pues, como los buenos artesanos del género, comprenden que una canción puede ser un vehículo excepcional para narrar, transmitir y conmover. Y a ello se dedican con entusiasmo en Estándar, impulsando temas incandescentes que giran alrededor de las ilusiones y tribulaciones de la edad adulta (no tan disímiles de las juveniles, solo varía la capacidad de análisis) y los días traicioneros que vivimos. En el futuro reconoceremos que Mamá ha sido una de las más brillantes bandas pop de nuestro tiempo, del presente.

Mamá. Estándar. Rock Indiana