‘Telecifuentes’

Telemadrid es una diáfana demostración de cómo el servilismo político puede acabar con una cadena. Un par de datos: cuando en 2003 accedió Esperanza Aguirre a la presidencia de la Comunidad, tenía un 17,1% de audiencia. En 2015, tras doce años de escándalos, recortes, despidos y manipulación, la cadena tiene un 4,8%. Con el resultado de las elecciones del pasado mayo, en las que Cifuentes necesitó de los votos de Ciudadanos para ocupar la presidencia, se pensaba que algo iba a cambiar. No es así. El consejo de administración sigue siendo el mismo, la dirección sigue siendo la misma y el enfoque informativo sigue siendo el de la manipulación en favor del PP. Se cambiará, sí, pero después de las elecciones generales.

Telenoticias del mediodía del sábado. Abren con un hecho anecdótico: la retirada de un gran cartel del grupo chino Dalian Wanda, propietario del edificio España. Telemadrid aventura la hipótesis de que puede deberse a la polémica con el Ayuntamiento, lo que desmienten estos últimos. No importa. Importa que el Ayuntamiento puede dar al traste con el proyecto. Pura especulación.

La tercera noticia de los informativos es la posible finalización del acuerdo de la Sanidad de Castilla-La Mancha con la de Madrid al considerar que no favorece a la región ni a los castellanomanchegos. Tres o cuatro usuarios ponen a caldo al Gobierno socialista manchego. Ni una sola referencia a “la herencia recibida” de Cospedal: hoy la deuda de Castilla-La Mancha es de 12.341 millones de euros. Hace cuatro años, la deuda pública era de 6.110 millones.

No podía faltar una referencia a las elecciones catalanas tras la celebración de la Diada. Telemadrid se desplaza a Barcelona para cubrir el acto de apoyo de los barones del PP a su candidato García Albiol. La única intervención personalizada que ofrecen es la de Cristina Cifuentes. En resumen: un 4,8% de audiencia.