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DÉJAME PENSAR
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Esperando a Ariadna

Patricio Pron

Minos pidió a Dédalo crear una prisión para su hijo monstruoso y este creó el laberinto; siglos después, en la edificación de Dédalo no sólo espera el Minotauro, sino también la población de Grecia, el país que inventó el laberinto. Este verano, las noticias que llegan de él sugieren que la salida de su crisis económica y política es, como la del laberinto, improbable, y que aún no han llegado Teseo ni su enamorada Ariadna, que le entregó la madeja de hilo que este fue desenrollando para regresar después de matar al monstruo.

Grecia atrapada en su laberinto no sólo es un recurso periodístico para intentar explicar la crisis del país heleno; también es la metáfora de la que se vale el icónico exministro de economía griego Yanis Varoufakis para titular su libro El Minotauro global. Estados Unidos, Europa y el futuro de la economía mundial (Capitán Swing, 2012). En él, Varoufakis incurre en el maniqueísmo de imaginar a la élite económica como un monstruo y a Grecia como su víctima sacrificial, e imagina que el “monstruo” se ha debilitado desde 2008. El endeudamiento griego para pagar su deuda, que el primer ministro de ese país ordenó hace unos días contra la opinión mayoritaria de su población, hace pensar que, debilitado como supuestamente está, y contra la tesis de Varoufakis, el “Minotauro global” sigue siendo más fuerte que las economías nacionales.

Acerca de ellas ha escrito también Thomas Piketty en su best seller El capital en el siglo XXI(FCE, 2014), en el que incide en el tema del aumento de la desigualdad con un lenguaje accesible. “Creo que debemos repensar completamente qué tipo de instituciones fiscales y de política económica necesitamos para regular el capitalismo moderno”, le dijo el economista a este periódico. La tarea parece tan heroica como las acometidas por Teseo y personajes del seminal Los mitos griegos (Alianza, 2011) de Robert Graves, y las esperanzas de los griegos están depositadas en lo que escribió uno de sus mejores poetas, Kavafis: “Aunque rompimos sus estatuas, / aunque los expulsamos de sus templos, / no por eso murieron del todo los dioses" (Poesía completa, Visor, 2003). Quizás ellos recuerden cómo salir del laberinto.

El país que inventó el laberinto no encuentra salida para su crisis

¿Cómo pensar Grecia? ¿Qué libros nos dan hoy una visión realista del país heleno, de sus paisajes y de sus habitantes? El lector está invitado a completar este artículo con sus propias recomendaciones acerca de Grecia y de su encrucijada.

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