Relevo sobre el escenario de ‘El club de la comedia’

Alexandra Jiménez (1980, Zaragoza) confiesa que le temblaron las piernas cuando le ofrecieron ponerse al frente de El club de la comedia, el espacio de que durante las cuatro últimas temporadas había presentado en La Sexta la humorista Eva Hache. “Me suelen temblar las piernas cada vez que empiezo un trabajo, eso no consigo quitármelo nunca. Siempre piensas que todo lo que has hecho hasta el momento no te sirve de mucho, que no controlas la situación. Y eso hace que sientas miedo y vértigo, y la única forma de vencerlo es haciéndolo”.

La actriz, conocida por series como Los Serrano o Familia, se tomó como un reto ponerse al frente del programa de monólogos, cuya nueva temporada arranca este domingo (21.30). “Me motivaba salir de mi área de confort, probarte a ti misma en un terreno que no conoces y que es fácil que se te vaya de las manos… Vi que todo era aprendizaje, y ese es el motor que hace que te decidas a afrontar algo que te haga crecer”, explica. Pero lo más complicado, según confiesa, ha sido la falta de tiempo entre unas grabaciones que han tenido lugar entre junio y julio en el madrileño teatro Alcázar.

Insiste en que, más que presentar un programa, lo que hace en El club de la comedia es otra cosa. “Soy una actriz a la que han llamado para hacer un trabajo de monologuista, pero no dejo de ser una actriz haciendo un trabajo de monologuista”, explica mientras trata de definir las diferencias que encuentra entre dos tipos de monologuistas. “Hay quienes lo son de nacimiento, tienen eso de serie y lo han forjado con muchas horas de experiencia, y luego está el caso de los actores. Son dos cosas diferentes aunque se pretenda el mismo resultado”, añade en conversación telefónica con EL PAÍS.

De presentadora yo ya he cumplido. Hay gente preparadísima para eso

También demuestra tener muy claras sus preferencias laborales. “A mí me gusta la ficción. Por supuesto, me gusta salir y si me invitan a bailar fuera, es un privilegio hacerlo y aprender. Pero mi recorrido es como actriz. Esto es un trabajo de actriz, porque al final terminas haciendo una función de teatro”. Y no parece por la labor de profundizar en la labor de presentadora poniéndose al frente de otro tipo de programas. “De presentadora yo ya he cumplido. Hay gente preparadísima para eso, no es mi sitio”, dice a las claras. Lo que no descarta es ponerse al otro lado de las cámaras llegado el momento.

Los monólogos no parecen tener fecha de caducidad. Ha pasado mucho tiempo desde que El club de la comedia arrancara en 1999 con Javier Veiga como conductor. “Imagino que triunfan porque son algo sencillo y concreto que conecta rápido con la gente. En algo tan poco aderezado y tan directo puede que radique la conexión con la gente”, dice la nueva conductora del espacio. Sin embargo, a veces puede hacerse realidad la pesadilla del monologuista: que el público no se ría de un chiste. “Hay muchos factores que entran en juego a la hora de que el público arranque de una forma u otra. Es un baile que nunca es el mismo de una función a otra. Nunca sabes qué partener vas a encontrar. Haciendo monólogos tu partener es el público. Eso es mágico unas veces y terrible otras”.