La antorcha humana
Mambo Jambo son algo serio. Su puesta en escena recuerda a cuatro bestias atadas por cadenas a punto de romperse
Imagina tu mejor noche. Sí, esa misma. Imagina estar esa noche con la mejor compañía posible. Ahora imagina llegar a tu club favorito. Bajar sus escaleras y empezar a escuchar una música salvaje e hipnótica. Te acercas poco a poco al fondo de ése, tu club favorito, y enseguida caes en la cuenta de la suerte que has tenido. La mejor banda posible en tu mejor noche con la mejor compañía imaginada en tu club favorito: los Mambo Jambo.
Estos tipos son algo serio. Su puesta en escena recuerda a cuatro bestias atadas por cadenas a punto de romperse. La sensación de diversión entre ellos y de comunión con su público hace que las bestias sonrían y, en vez de sacarnos los dientes, se limiten a transformar el oxígeno en llamas. Son una banda instrumental de rock and roll que, a base de velocidad y locura controlada, rompen las paredes que les pudieran querer encerrar en un mero ejercicio de nostalgia. Nel·lo, Kovacevic, Cobo y Jarl, tema a tema, se suben sobre las olas, se acompañan y se cruzan entre ellos, generando una amalgama de rhythm and blues, swing, rock and roll y surf convocando el poder evocador de una tradición que el sortilegio hace que solo viva un momento y nadie llore por ello.
Los temas se diluyen al entrar en contacto con los Mambo Jambo, se transforman, implosionan, se aceleran, se desbordan al ser interpretados por sus instrumentos. Son una chaladura en directo, el tren de la bruja traqueteando, pero que nunca acaba de descarrilar, aunque a veces van tan acelerados que han de entrar en bóxeres para que se les enfríen las ruedas o se les ve frenando como el coche de la familia Picapiedra.
Desde el primer momento, ese intento de crear un combo sin palabras tuvo una vocación universal de música adulta tocada con entusiasmo adolescente y siempre con una perspectiva claramente contemporánea. Cuando a finales de 2009 dieron a conocer su proyecto, generaron incredulidad y sonrisas complacientes. Primero se rindió el resto del mundo (Reino Unido, México, Bélgica, Alemania, Holanda) y luego nosotros.
En unos meses se ponen con su tercer disco. Mientras Cobo afila guitarra en disco y gira de Código Rocker, el actual golpe en la mesa de Loquillo, Nel·lo saca disco en solitario —el soberbio Sax-O-Rama—, Kovacevic sigue en cien proyectos musicales, y Jarl, en Suecia, su país, está a la espera de la llamada de la selva. Cuando lo publiquen, lo sacarán a pasear. No te los pierdas si tocan a menos de cien kilómetros de donde estés. Recuerda que los Mambo Jambo son capaces de recrear tu mejor noche con la mejor compañía en tu club favorito y no dejar nostalgias. Es un momento. Se consume y es hermoso. Ése es el trato.
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