Sleaford Mods, teoría del qué y el cómo
El dúo formado por Jason Williamson y Andrew Fearn ha tomado el pulso al presente cumplidos ya los 40. "Noel Gallagher es el enemigo", afirma el cantante
Créanlo o no, pero hoy gran parte de las músicas más apasionantes que se producen, las que suenan a 2015, llegan firmadas por artistas que ya cumplieron los 40. Es el mundo al revés: Por ejemplo, los mismos siete años que Mumford & Sons —27 tiene su líder— han empleado en convertirse en una banda de estadio practicando un pop-folk que no desentonaría en el hilo musical de un geriátrico, los han pasado Swans —el suyo, Michael Gira, tiene 61— fabricando rock con una pulsión inigualable.
Y ese también es el tiempo que Sleaford Mods lleva narrando el desmoronamiento del sistema británico, y por asimilación del europeo. Lo que pasa es que no nos enteramos hasta que en 2014 nos dieron un sopapo con Divide and Exit, su segundo álbum.
Son adultos rabiosos tomando al asalto una forma de expresión que al menos desde 1955 había pertenecido a adolescentes airados. “Quizá ya no sea solo suya. Quizá las bandas más mayores puedan influenciar a las más jóvenes, porque durante los últimos 15 o 20 años todo ha sido basura en Reino Unido”, dice Jason Williamson, 43 años, cantante y letrista de Sleaford Mods.
Ha sido un crecimiento lento hasta encontrar su voz. Es la teoría del Qué y el Cómo. No basta con tener algo que contar, también hay que saber cómo contarlo.
Alguien lo definió como “The Jam se encuentra con Wu-Tang Clan y Pet Shop Boys chocan con Crass”
Williamson tuvo siempre claro el Qué. Él pertenece a esa generación que idolatraba a Stone Roses y creyó que el triunfo de Oasis era una bendición. A mediados de los noventa el enfrentamiento en las listas entre Oasis y Blur era también el de la periferia, Manchester, contra la capital, Londres, y el del rock de clase trabajadora contra el pop universitario. Y él era un rockero proletario de Nottingham.
Pero ese no era el Cómo. Hoy, 20 años después, -dos décadas trabajando de dependiente y un montón de grupos fallidos a sus espaldas-, odia a Noel Gallagher o Miles Kane tanto como a David Cameron. “No les conozco personalmente, pero son el enemigo. Es algo que se ve. Están obsesionados con el dinero y tienen muy poco arte detrás para justificarse”.
Tengo temperamento, como todo el mundo, pero no soy violento (Jason Williamson)
La electrónica ha sido el Cómo. Un portátil lanza bases furiosas compuestas por la otra mitad del dúo, Andrew Fearn. "Es el 50 % del grupo. Es la música y también el ingrediente principal, lo que viste mi parte, la complementa y aporta toda la fuerza. Yo y Andrew somos una extraña mezcla que funciona, algo que pasa en muchas buenas bandas". Al resultado alguien lo definió como “The Jam se encuentra con Wu-Tang Clan y Pet Shop Boys chocan con Crass”. “Es retorcido, pero está bien. Me gustan todas esas bandas”, afirma Williamson. Bajo su aspecto de hooligan camorrista cuarentón esconde un intelectual callejero que escupe versos que narran una realidad descorazonadora. “Tengo temperamento, como todo el mundo, pero no soy violento. Lo que se ve en el escenario no es un personaje, sino una reacción espontánea que sale de mis letras. Solo se pueden interpretar con rabia. Si no, no funcionan. Es una reacción a la vida. Creo que todos nos sentimos igual”.
Sus letras — versos como “el olor a pis es tan fuerte que casi parece beicon decente”— son brillantes en su sencilla precisión. Es un nuevo eslabón de esa cadena del costumbrismo británico que se remonta al menos hasta los Kinks de Ray Davies, y que más tarde retomaron Jarvis Cocker con Pulp o Mike Skinner bajo el seudónimo The Streets. “Lo de Cocker no lo sé. Lo de Skinner puedo verlo.¿Ray Davies?, para nada. Él ha hecho material muy duro. Es mucho mejor que yo”.
Viernes 8 de mayo a las 22h en El Sol, Madrid. Sábado 9 en en el CCCB de Barcelona, dentro del festival Primera Persona. Sleaford Mods también actuarán el 30 de mayo en el Festival Primavera Sound.
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