Prestigio.net
La corruptela en España está siempre avalada por los votos, por lo que, pese al ruido incómodo, nada parece anunciar cambios sustanciales


En esa realidad paralela que es la Red se alimenta un prestigio local que nace del clic turístico de cualquier navegante hacia una persona o institución. La gente inicia una búsqueda y, con un angelismo casi enternecedor, cree que lo que se topa en los primeros lugares es fruto de un azar logarítmico. Esta mentira alimentada por el buscador más latifundista no va a ser fácil de desbaratar, porque contiene una parte de verdad. En esa jerarquía aleatoria, los tropiezos suelen tener más relevancia que los aciertos y por eso la maquinaria de fabricaciones de prestigio se emplea en trabajar a pico y pala para respaldar a quien le paga. Es un negocio poco conocido y aún menos transparente, pero rehabilita un prestigio o alimenta un negocio con opiniones supuestamente de usuarios neutrales.
Ha sido interesante que uno más de los inagotables escándalos de corrupción que salpican los aledaños políticos de Esperanza Aguirre señale en esa dirección. El orden establecido no ha de temer demasiado, porque la corruptela en España está siempre avalada por los votos, por lo que, pese al ruido incómodo, nada parece anunciar cambios sustanciales. Pero a quien quiera entender cómo funcionan los mecanismos de la red social le ayudará un poco. La Guardia Civil está investigando para el juez Eloy Velasco un ramal de la trama Púnica que apunta a que con dinero de la Comunidad de Madrid se estaba pagando la mejora de visibilidad en Internet y el lavado de reputaciones de algunos consejeros y altos cargos tras tropezones destacados.
Estos entramados persiguen tan solo la mejora de imagen y el posicionamiento favorable en la Red. La utilización para ello de dinero público y contratos falsos pagados por empresas estatales ha provocado la imputación de la jefa de prensa de Aguirre y salpica al número dos, Salvador Victoria, y a consejeros como Lucía Figar. La justicia tiene la palabra, pero los espectadores pueden apreciar el empeño terco de muchos personajes relevantes por ganar una batalla virtual, utilizando pequeños diarios digitales sin apenas difusión para engañar a los buscadores en su algoritmo, y posicionarse favorablemente en un mundo fácilmente manipulable. No es más que la lucha de la mentira contra la verdad, igual de obscena que en el mundo real.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Navidad en el límite de la ‘zona de muerte’ de Ucrania
Smart-Dieck, la pareja que representará a España en patinaje artístico en los Juegos: “Tenemos que mantenernos concentrados”
Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un cásting”
Las reivindicaciones de Cristina Pedroche con sus vestidos de las Campanadas
Lo más visto
- Víctor Bermúdez, profesor de Filosofía: “Hemos perdido el control del proceso educativo, lo que damos en clase es en gran medida un simulacro”
- Zelenski confirma que cualquier pacto con Rusia deberá ser ratificado en referéndum
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- “Un jardín con casa, no una casa con jardín”: así es la premiada vivienda de 146 metros cuadrados que se camufla con la vegetación
- TVE se reivindica (con pulla) en su gran noche televisiva




























































