‘Águila Roja’ remonta el vuelo

Siete años de penas y glorias. Si la cara son los más de 30 premios que ha recibido y los casi seis millones de espectadores que llegó a tener, la cruz serían los recortes en su presupuesto y las pausas, alguna de hasta 16 meses, en su emisión. Pero ahí sigue. Águila Roja estrena esta noche (La 1, 22.30) el primer episodio de su séptima temporada, que constará de al menos ocho entregas hasta el verano. Luego llegarán otros 13 capítulos, en los que la acción se va a acelerar.

“Es el público el que va a decidir si seguimos”, explicó David Janer, el actor detrás de la máscara, durante la presentación de la nueva etapa de la serie. Está emocionado, pero también nervioso, porque los capítulos que se estrenan ahora deberían haber formado parte de la temporada anterior. El corte en diciembre hace que esta primera tanda se destine a cerrar tramas pendientes.

“Nos tenemos que reinventar cada temporada”, apunta su productora

La búsqueda de un supuesto descendiente de Cristo, la decisión de Margarita (Inma Cuesta) de tomar o no los votos de monja y la enemistad entre Gonzalo (Janer) y el comisario (Francis Lorenzo), que aumenta tras saber que son hermanos, son algunas de las principales historias que se abordarán, con la esperanza de que los datos de audiencia se mantengan para poder grabar otra temporada. “Siempre vivimos con esa tensión. Nunca sabemos qué audiencia vamos a tener”, indica Pilar Nadal, productora ejecutiva de la serie. Y eso a pesar de ser una de las producciones nacionales con más éxito de los últimos años. “Aún no sabemos si va a continuar. No tenemos garantizado el contrato siguiente”, reconoce Nadal.

Quizá por eso el final es algo que siempre contemplan. “Si esta fuese la última temporada, necesitaríamos otro capítulo para cerrar bien todo, pero esperemos que no lo sea”, indica. Y si es renovada, será con el mismo presupuesto de siempre. “Vivimos con ello. Aquí nos tenemos que inventar y reinventar en cada temporada. Hay una envidia sana con series como Juego de tronos, que cada año tienen más dinero. En España eso no suele pasar”, añade Nadal.

No es esa la razón que expone su compañero en la producción, Daniel Écija, presidente de Globomedia, para opinar que no se ha reconocido suficientemente el mérito de Águila Roja. “No vive de la promoción ni del marketing, sino de la gente que está detrás”, apunta. Eso sí, no la sacaría nunca de la televisión pública: “Es donde tiene que estar, porque es un proyecto responsable, de entretenimiento para todo público”.

Ya se ha grabado hasta el centésimo episodio —esta noche se emite el 83º—, un capítulo especial en el que todos los actores harán una representación diferente de sus personajes. Francis Lorenzo enfatiza que lo que el público verá en los próximos episodios impresiona, “porque a todos los personajes les pasa algo tan importante que les cambia la mirada”. Destaca especialmente que los guionistas hayan incluido pinceladas sociales en los diálogos que fácilmente pueden trasladarse a la actualidad.

También piensa en cómo terminará: “Al comisario, que lo maten. Y que lo mate su hermano; eso sería duro”. Janer no lo tiene tan claro, quizás porque no quiere que concluya la serie. Pese a lo agotador de las grabaciones, repite que no está cansado y que lo disfruta. Lo que ya no puede soportar es su característica melena: “Este año me la corto, aunque sea un poco”.