"Mi timidez se esconde en el trasero"

Pregunta. Treinta y dos, 33, 36, 38... Le atribuyen más edades que el DNI de una folclórica.

Respuesta. Sí, como Dorian Grey. Tengo 36, aunque me dicen que no los aparento. Cuando fui a la mili voluntario me pedían el carné hasta para entrar en casa.

P. ¡Voluntario en la mili!

R. Ya que tenía que ir, quería tomármelo como una experiencia para lo de actor. Vi de todo lo bueno y de todo lo malo.

P. Águila Roja arrasa en la tele. Con la que está cayendo, ¿necesitamos héroes como el comer?

R. Ésa puede ser una parte del éxito. Necesidad de héroes ha habido siempre. Pero me gustaría que hubiese muchísimos más, aunque no se tomasen la justicia por su cuenta.

P.¿Zapatero y Rajoy son dos héroes de nuestro tiempo?

R. Yo no diría tanto. Supongo que intentan hacer lo mejor que saben y pueden. He aprendido a no juzgar las cosas a no ser que yo esté dentro de ellas, porque la realidad tiene muchas capas.

P. La serie está ambientada en el siglo XVII, pero hablan en cheli.

R. Sí. Yo creo que es una forma de hacerla más cercana al público. Si fuera en plan teatro clásico, no estaríamos hablando de las audiencias que tenemos.

P. ¿Usted es más de capa o más de espada?

R. Depende. Soy mucho de cabeza y odio cualquier tipo de violencia.

P. ¿Que usted sea de Granollers aporta prestancia a su personaje?

R. Le aporta seny catalá.

P. De pequeño veía pelis de Bruce Lee. ¿Premonitorio?

R. Me gustaban y hacía artes marciales. Una casualidad agradable que me ha dado ciertas facilidades.

P. Pues fíjese que yo le veo más en plan Pequeño Saltamontes, de Kung fu.

R. Pues no sé si David Carradine. Ésa también me la miraba. Pero Bruce Lee era Bruce Lee.

P. Los ciudadanos de Águila Roja se pasan el día pagando impuestos. ¿A ellos también les van a subir el IVA?

R. Sí, si pudieran les subirían el IVA. Pero espero que nosotros no lleguemos a los niveles que llegaremos en la serie, en cuanto a desastres y penurias.

P. ¿Águila Roja es un Zorro ante literam, dos siglos antes?

R. Es una especie de precursor. Pero la picardía del Zorro es diferente a la de Gonzalo de Montalvo, que no es tan gallardo con las mujeres, y le pesa el amor por Cristina, su mujer muerta.

P. Pues Gonzalo quiere guerra con su cuñada, Margarita. ¿Su chica traga con que esto sólo es ficción?

R. Sabe que es ficción. Gracias a Dios, los dos diferenciamos bien realidad y ficción. Y, además, Gonzalo no se atreve.

P. ¿David sí?

R. Yo sí. En eso soy diferente. Hay que tener un punto de arrojo y luchar por lo que se quiere.

P. ¿Ha notado por la calle el incremento de las que quieren ser sus cuñadas?

R. Sí, hay un cierto aumento. Pero tengo la excusa de decir que recuerdo a Cristina, mi mujer.

P. ¿Contra qué político desenvainaría hoy Águila Roja?

R. No creo que desenvainara contra ningún político. Desenvainaría contra el terrorismo y contra cualquier tipo de injusticia.

P. Ya que dice que es tan tímido, ¿cree imprescindible enseñarnos el trasero para meterse en el lago a buscar el medallón?

R. Le doy la razón. No es imprescindible. Yo soy tímido, y esa parte de mi cuerpo aún es más tímida que el resto.

P. Usted concentra la timidez ahí mismo.

R. Sí. Puede decirse que mi timidez se esconde en el trasero.

P. ¿Estudia en la UNED porque con tanto vengar al oprimido no tiene tiempo de ir a clase?

R. Pues me gustaría vengar a los oprimidos y poder asistir más a clase [ríe].

P. Le da a la filosofía pura. ¿Qué diría Schopenhauer de lo suyo?

R. Que estoy siguiendo una voluntad irracional. La de supervivencia.

P. Y tan supervivencia. Dicen que, entre Kant y Kant, se pone ciego de ostras, vino y lo que se tercie.

R. Sí. Tengo una parte hedonista que se me ha ido acentuando con el tiempo. Cuantas más desgracias veo, más quiero disfrutar. Me pregunto si hay algo más después de esto.

P. ¿Y qué se contesta?

R. Sigo buscando. Siempre pienso que, si tuviera que pedir algo, pediría que existiera Dios.

P. Dice que adora la soledad. ¿Es un asocial diagnosticado?

R. No, diagnosticado, no. A veces me lo cuestiono, una cierta fobia social, porque ciertos sitios y ciertas personas son superiores a mí, y el estómago se me gira.

P. ¿Sabe que tiene pinta de ser un puntito torturado?

R. Me ha pillado. A veces me gusta recrearme en lo melancólico. Quizás lo hace la soledad.

P. ¿Cuál es la más gorda de sus utopías?

R. Un mundo en el que esté yo y cuatro o cinco más. Una isla desierta. Esa especie de jardín de Epicuro llevado al máximo.