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Martí Manen: “Dalí me interesa como material”

El comisario del pabellón de España en la Bienal de Venecia propone una revisión del artista de Cadaqués y un diálogo en torno a su figura con obras de cuatro artistas

El comisario Martí Manen.
El comisario Martí Manen.Alejandro Romero Sánchez

Los pabellones nacionales que participan en la edición de la 56ª Bienal de Venecia echan chispas con los preparativos finales, ante la inminente apertura del próximo 9 de mayo. Martí Manen (Barcelona, 1976), crítico y comisario independiente residente en Estocolmo, es el responsable del proyecto Los sujetos, que se expondrá en el pabellón español y del que han trascendido pocos detalles. A diferencia de las últimas ediciones, esta vez son los artistas convocados quienes interpretan la composición de Manen. Ellos son Helena Cabello & Ana Carceller (París, 1963 / Madrid, 1964), Francesc Ruiz (Barcelona, 1971) y Pepo Salazar (Vitoria, 1972).

En una conversación por vídeo, antes de embarcarse a Italia, el comisario habla del contexto especial que genera Venecia y cómo allí "te la juegas". Y defiende su opción de colocar a Salvador Dalí como eje: "La mirada que ofrecemos era necesaria: acercarse a Dalí desde la complejidad que representa. Políticamente Dalí era bastante despreciable, pero no olvidemos que es alguien que nace en las vanguardias, como Marinetti y muchos más, que también quedan fascinados por el poder y su estética".

Pregunta. ¿En qué consiste su proyecto?

Respuesta. Son dos momentos puestos en relación: tres artistas trabajando en presente y una revisión histórica crítica. La entrada al pabellón es mediante Dalí, mediante su control del personaje público. Esta entrada juega con la sensualidad y el deseo de aproximación. Los sujetos tiene algo de literario, esa voluntad de acercarse a personajes complejos en una novela para descubrir que hay capas y capas más allá de una primera trama.

P. ¿Cómo es la puesta en escena?

R. El montaje es muy transparente. A la entrada, Dalí, en un espacio en el que destaca una voluntad de lograr un tono específico. Después, en las dos alas laterales y la trasera del pabellón, los proyectos de los artistas: Cabello/Carceller, Francesc Ruiz y Pepo Salazar. No hay un deseo unitario, sino que es algo más atomizado, casi como esa construcción daliniana donde las contradicciones suman. El pabellón ha cambiado completamente, pero sigue siendo lo que era.

En arte tendemos a olvidar muy pronto. Venecia es uno de esos lugares que permiten tener una consciencia algo más amplia del tiempo

P. ¿Qué percibiremos de Dalí?

R. Presentamos la creación de su sujeto público. Me interesa particularmente el Dalí más construido, el Dalí de EE UU. No dominaba el inglés, así que todo lo que contó frente a la cámara estaba muy estudiado para lograr un objetivo. Tendremos al Dalí de los programas televisivos, al que pasea por Nueva York con una cámara siguiéndole. También hay algunos elementos muy específicos que nos sirven de conexión con los otros artistas y que abren vías de acercamiento: Dalí y su propio periódico, Dalí y su entourage, Dalí y su concepción del arte como espacio de creación avanzada y total.

P. ¿Qué papel desempeña la entrevista en el proyecto, un género al que a usted le gusta recurrir?

R. La aproximación asincrónica a Dalí implica una revisión desde distintas voces. He entrevistado a Manuel Borja-Villel, Vicente Todolí y Montse Aguer. Tres voces en contacto con Dalí desde distintos marcos institucionales que han trabajado con la complejidad del personaje. La aproximación caleidoscópica a Dalí abre campo, niega miradas cerradas y acepta un posicionamiento crítico como punto de partida. Así que sus posturas estarán al mismo nivel que las entrevistas con Dalí y sus acciones. El personaje se define él directamente (y de modos contradictorios), pero también otros lo construyen. Dalí es interesante como material, permite llegar a muchos resultados, y aquí hay contemporaneidad.

P. Sus proyectos son todo menos convencionales. ¿También este?

R. Espero que el tipo de acercamiento sensual que se ofrece sea percibido. Hay una serie de flujos, muchos viajes temporales, elementos emocionales.... Cada uno de los proyectos dispara fuerte. De una entrada sensual pasamos a cierta violencia conceptual, y esto es algo que me interesa y que también está vinculado al modo de actuar de Salvador Dalí. Él busca un momento inicial de incertidumbre para después destrozarte. Algo de esto hay. Y durante la semana inaugural vamos a tener una performance "secreta" de Francesc Ruiz ocupando todos los Giardini.

P. Su extenso currículo arranca con el comisariado, durante cinco años, de exposiciones en su habitación de Barcelona.

R. La Sala Hab era mi dormitorio en un piso de estudiantes. Fue un proceso de replanteamiento institucional y de ir descubriendo in situ lo que significa una exposición. En paralelo estaba terminando Historia del Arte y trabajando haciendo visitas comentadas en un museo, así que durante un buen tiempo me pasaba casi 24 horas al día en una exposición. Fue una gran cantidad de exposiciones bajo una lógica determinada: era mi habitación y yo dormía en ella, así que la negociación con los artistas incluía un elemento "vivo". También hubo muchas exposiciones al límite de lo que es una exposición: ¿podemos mirar a los vecinos de enfrente como exposición? ¿Es lícito hacerlo sin que ellos sepan que son material expositivo? ¿Dónde y cuándo se termina una exposición?

P. ¿Una bienal como la de Venecia sigue siendo importante?

R. En arte tendemos a olvidar muy pronto. Venecia es uno de esos lugares que permiten tener una consciencia algo más amplia del tiempo. Frente a la novedad, la Bienal tiene más de 100 años de historia y además ocurre en una ciudad que es también como un momento en la historia del arte.

P. Se retrasó en más de un mes la elección del proyecto español y, encima, la Bienal se adelantó un mes.

R. Tanto los artistas como la institución saltamos a la siguiente casilla y nos pusimos a trabajar intensamente.

P. Ha trabajado usted con muchos jóvenes artistas y en circuitos alternativos. ¿Qué opina del momento que se vive en España en el ámbito artístico?

R. España está artísticamente en un momento muy interesante. Hay una opción de cambio, aunque a lo mejor algunos no se están dando cuenta. Tenemos a generaciones perfectamente capaces de realizar trabajos de máximo nivel y que además lo están haciendo desde lugares imprevistos. Desde algunas posiciones dominantes hay cierta ceguera, pero es que la potencia viene con un vocabulario nuevo. Difícilmente puede comprenderse por aquellos que hace tiempo que llevan el piloto automático, sea desde la institución, la academia o el mercado.

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