Jóvenes comisarios
Anoche se fallaron los premios de la Fundación Retevisión de comisariado y de creación artística experimental, convocados por Retevisión, el certamen Visions de Futur y diferentes instituciones relacionadas con la educación y el arte, como el MECAD y el centro Can Felipa, y recayeron respectivamente en Martí Manen y en los artistas Sally Gutiérrez y Jacobo Sucari. El premio a Martí Manen es el primero de esta clase que se convoca en España. El jurado valoró en su proyecto Take away. Exposiciones para llevar 'la calidad de la propuesta, que obliga a replantear las funciones y la canalización del arte en la sociedad actual'.
Estos premios, insólitos y atrevidos por el solo hecho de que apoyan el arte contemporáneo y a los jóvenes curators, dan pie a hablar de una nueva generación de comisarios que empiezan a asumir responsabilidades para activar el escenario, un tanto plomizo y que tanto recelo y desconfianza provoca en el común de los ciudadanos, del arte contemporáneo. Estos días he hablado con tres personas que singularizan otras tantas estrategias para dinamizar ese escenario: Chus Martínez quiere abrir el espacio convencional de la sala a la sociedad, Martí Manen coloca exposiciones en espacios domésticos y Consol Rodríguez ha llevado su proyecto artístico a los anuncios publicitarios de la calle, los metros, los autobuses.
Existe una nueva generación de comisarios de exposiciones que trata de activar el escenario, un tanto plomizo, del arte contemporáneo
Hace tres años Martí Manen (Barcelona, 1976), licenciado en historia del arte, convirtió su dormitorio en la Sala Hab, donde en este momento habita en medio del montaje de la decimocuarta exposición. Lógicamente, todas se caracterizan por lo básico y austero, por el juego de relaciones entre el espacio público y el privado, por el contacto directo entre el espectador y la obra. El próximo proyecto de la Sala Hab es Los vecinos de enfrente. Los fotógrafos llamados a participar en él disponen de una ventana para retratar lo poco que se ve de esos vecinos: otra ventana, con la persiana alta o caída; una sombra; un rostro si hay suerte. 'Quiero quitar solemnidad, llegar al mínimo esencial de lo que es una sala de exposición', explica.
El proyecto premiado por la Fundación Retevisión, Take away, plantea una solución ingeniosa a los problemas de exposición de obras en esos nuevos formatos que aún no está definido cómo deben mostrarse: la foto digital, el vídeo, las obras interactivas en CD-ROM, 'piden un diálogo individual, no ya con el espectador, sino con el usuario. Una expo convencional con algo que es individualista no funciona', explica Manen. Take away consistirá en cajas seriadas -como las de la comida china que el cliente se lleva a casa- que contienen imágenes en CD, textos, propuestas de diseño gráfico y demás materiales de un artista determinado para que el espectador decida qué, cómo, cuánto y en qué disposición exhibir en su casa.
-No hay catálogo. No hay obra: lo que se ofrece es, directamente, la exposición -dice Manen.
Chus Martínez (Ponteceso, 1972), tras finalizar programas de doctorado en la Hamburguer Banhof de Berlín y en Suecia y un master de comisariado en el Bard College de Nueva York, dirigirá a partir de octubre una influyente sala barcelonesa. A Martínez, con varias experiencias como comisaria independiente en Nueva York y Barcelona, le sorprende en nuestro país 'la artificial parcelación del mundo cultural: universidad, museo, instituciones, crítica, prensa, cada una va por su lado, y no por falta de ganas de crear las necesarias sinergias, sino por falta de confianza y de diseño. Hay que diseñar el contacto entre ámbitos distintos del tejido cultural para explicar a la gente que el arte no es el capricho de cuatro especialistas, sino algo relevante, que habla de lo que nos importa a todos'. Con su programación para el próximo curso basada en jóvenes artistas internacionales, Martínez propondrá a los barceloneses una relación con la obra para que puedan 'afirmar su identidad, ficcionalizarla o equipararla a otras experiencias habituales, como relacionarse socialmente, divertirse o vivir una historia romántica'.
Consol Rodríguez (Barcelona, 1972) es una artista que ha participado en ARCO y en varias colectivas, y prepara su primera individual para la próxima temporada en la Galería 44. En funciones de comisaria, con Eugeni Güell, acaba de cerrar el proyecto Deseo, financiado por el Icub y varios patrocinadores, ocupando los espacios de la publicidad: banderolas, anuncios del metro, cabinas telefónicas, vallas, autobuses... donde ciudadanos anónimos han manifestado sus deseos íntimos. 'El arte joven suele ser frío, autorreferencial y narcisista', dice. 'Con Deseo apostamos por la calidez, la emoción y la socialización del arte, sacándolo de sus circuitos a la calle'.
Tres discursos. Hay muchos más, de los que si Dios quiere iremos informando en esta página.
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