Mujeres entre la duda y la autonomía
Unas veces las mujeres han de aceptar desnudarse, y sentir un frío interminable en la quietud de los lienzos o las fotografías. A veces, son ellas mismas las que optan por escribir sobre sus torsos desnudos para conseguir hacer visibles las frases; el desnudo interpela o atrae. Otras veces deben vestirse siguiendo los dictados de la moda, ante la cual sucumben o descubren, sibilinas, posibles beneficios que las lleven a estar en candelero. Qué buena intención tuvo Goya al pintar a su maja desnuda y vestida. Qué pacífica presencia la de las madonas de Murillo, vestidas con sencillos mantos entre la desnuda inocencia de los angelitos. Con ánimo calmado, me pregunto ¿cómo habrá que entrar en esta página de ‘Cartas a Babelia’? ¿Con palabras desnudas? Lo digo a propósito de que aproximadamente solo un 20% de las cartas que han publicado, solo un 20%, son de mujeres. Y vestida muy cómoda les digo: ¡vida a esta sección!
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