Un secreto sobre secreto

"Una fotografía es un secreto sobre un secreto. Cuanto más te cuenta, menos sabes", decía Diane Arbus para dar cuenta de la opacidad de su medio de expresión. Ese mismo halo envuelve las imágenes de la muestra Toute photographie fait énigme (toda fotografía es un enigma). Recoge 170 instantáneas anónimas de la colección de Michel Frizot, historiador pionero en la reivindicación del amateurismo fotográfico, que lleva tres décadas barriendo mercadillos en busca de estas imágenes.

Hasta el 25 de enero, el conjunto se expone en el palacete de la Maison Européenne de la Photographie. En sus salas, uno descubre a personajes como Madame Laurent, maestra en algún punto de la geografía francesa allá por 1950. ¿Qué la llevó a esa escuela? ¿Por qué aparece así de circunspecta? ¿Y quién captó esa torpe instantánea desde la última fila? Las preguntas se encadenan ante cada fotografía, como sucede en otra muestra en la Maison Robert Doisneau. Ambas procuran el placer de inventar un pie de foto personal e intransferible para cada imagen.

Desde el descubrimiento de Vivian Maier, esa niñera de los sesenta que escondía a un Richard Avedon, el mercado se ha adueñado del fenómeno protagonizado por la fotografía amateur. En la pasada Paris Photo, feria de referencia, la galerista Suzanne Zander presentó The Erotic Outsider, serie de un desconocido que tomó polaroids de sus actrices favoritas en la pantalla de su televisor. En el prólogo del catálogo, Cindy Sherman se interroga sobre su identidad. ¿Era hombre o mujer? ¿Cinéfilo o erotómano? Tras examinar las imágenes, deduce: "No hay ninguna conclusión que pueda extraer, salvo el misterio que me proporcionan".