Intoxicante sutileza
Ray Lamontagne viste con esmero e imaginación las canciones de 'Supernova' su quinto disco
En su quinto álbum, aquel muchacho embriagado por el libérrimo folk, declinado en R&B, del primer Van Morrison o el malogrado Tim Buckley, busca mayor audiencia. Y, con el productor Dan Auerbach (The Black Keys), ha edificado su declaración más inapelable. La briosa pesadumbre de anteriores obras florece en una radiante, sabrosa ligereza que evoca el tránsito del orquestado pop californiano de los sesenta a una emergente psicodelia. ¿Otra inútil pieza de orfebrería retro? Más bien adecuación a las necesidades del cantautor de New Hampshire, que aquí aborda temáticas sociales. El disco justifica su pletórico título ya desde el aguerrido arranque con Lavender y no suelta al oyente hasta la final Drive-in Movies. Entre ambas, una variada selección de canciones vestidas con esmero e imaginación que nos transportan, absortos, a una travesía de intoxicante sutileza, comedido exhibicionismo.
Ray Lamontagne. Supernova. RCA-Sony Music
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