Zaida
La capitán Zaida Cantera había logrado lo más difícil: una de las pocas sentencias por acoso sexual dictada por un tribunal militar. Pero dos años después, la capitán ha tirado la toalla. Deja el Ejército
Las derrotas más amargas son las que vienen precedidas de un triunfo. Y las que más duelen, las que tienen que ver con las injusticias. La capitán Zaida Cantera había logrado lo más difícil: una de las pocas sentencias por acoso sexual dictada por un tribunal militar. El coronel que le subía la mano por la entrepierna, el que le sugería que tenía que dejarse querer, el que la amenazó con acabar con su carrera si la suya se veía perjudicada por lo que estaba haciendo, fue condenado a dos años y 10 meses de cárcel por abuso de autoridad en marzo de 2012. Pero dos años después, la capitán ha tirado la toalla. Deja el Ejército porque los compañeros del acosador nunca le perdonaron que hubiera ganado esa batalla. Le hicieron la vida imposible y Cantera acudió de nuevo a la justicia, que esta vez no le dio la razón.
Entró en 1997 en las Fuerzas Armadas por vocación, ese infrecuente tesoro que convierte a los asalariados en dedicados servidores públicos. Su expediente era brillante. En 2005, estando en Kosovo, fue entrevistada por Iñaki Gabilondo, que la presentó como “una de las grandes mujeres del Ejército”. A Cantera, que también participó en la misión de Líbano, le toca ahora reinventarse 17 años después de haberse ganado el uniforme. Mientras, uno de los cuatro militares que llegaron a estar imputados por el acoso laboral que sucedió al sexual, acaba de ser ascendido por el Consejo de Ministros.
Wigs, el canal de YouTube creado por Rodrigo García (hijo de Gabriel García Márquez) y Jon Avnet (productor de Cisne negro) para contar historias de mujeres con un reparto de grandes actrices, recoge un episodio similar: el de Lauren, una marine obligada a elegir entre denunciar una agresión y renunciar a su carrera militar o callar y ahorrarse el rechazo de sus compañeros.
El anteproyecto del Código Penal Militar, aprobado en julio, tipifica por primera vez —26 años después de la incorporación de la mujer al Ejército— el delito de acoso sexual o laboral en las Fuerzas Armadas. Ojalá se aplique con contundencia no solo con los acosadores, sino también con los que consienten el acoso, miran para otro lado o directamente piensan que son gajes del oficio. Ojalá que no vuelva a repetirse la historia con amargo final de la valiente capitán Cantera.
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