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Soldados convertidos en reporteros La I Guerra Mundial fue el primer conflicto contado por los soldados, sus protagonistas. Las trincheras, donde millones de jóvenes enterraron sus vidas, han perdurado como el símbolo más característico El desarrollo de cañones y ametralladoras permitieron establecer los llamados campos de fuego. El artillero Scholl formaba parte del equipo que cuidaba de este obús de 105 milímetros. La imposibilidad por parte de divisiones enteras de soldados de avanzar posiciones en medio de una barrera de fuego y metralla contribuyó a crear una sensación casi universal de futilidad en el frente, reflejada por la literatura de las trincheras. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) Tras la primera Batalla del Marne y su contraofensiva, la Batalla del Aisne, en septiembre de 1914, tanto los aliados francobritánicos como los alemanes empezarían la construcción de una cadena de trincheras entre el Mar del Norte y la frontera francosuiza que llegaría a sumar cerca de 40.000 kilómetros de longitud. Esta foto es de una trinchera alemana, de la colección de Fritz Scholl, EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) Los hermanos Fritz y Richard Scholl. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) El parisino Auguste Fourrer tenía 21 años cuando fue llamado a las armas, en abril de 1915. Fotógrafo de profesión, pasó toda la guerra en el frente occidental, donde recibió elogios de sus superiores por su valor. En esta foto, fechada en 1918, aparece en una trinchera en Bélgica. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) Auguste Fourrer con una ametralladora Hotchkiss. Como muchos de sus compañeros de armas, el soldado francés sufrió un ataque con gas venenoso. Durante el resto de su vida, su respiración quedaría comprometida (con numerosos ataques de tos) y acabaría muriendo de cáncer de pulmón. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) El militar francés Jean Treau hizo decenas de fotos de su campaña militar en Alsacia, como esta, del refugio Juana de Arco. Nunca habló con su familia de sus experiencias. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) En esta foto del militar francés Jean Treau, el humo de la artillería se asoma por detrás de los campos de alambre de espino. Su nieta encontró estas fotos en un sobre titulado Recuerdos de la guerra. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) El artillero francés Jacques Drouault amaba dos cosas: los caballos y la fotografía. Entre los pocos detalles que contó de su experiencia en el 31º Regimiento de Artillería estaba el sufrimiento que le causaba ver morir a los caballos. En la batalla de Verdún, en la que Drouault participó, 7.000 equinos murieron en un solo día. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) A pesar de que su uso estaba prohibido desde 1907, en la Primera Guerra Mundial se utilizaron casi 51.000 toneladas de gases venenosos que provocaron la muerte a 1,3 millones de personas, entre ellas centenas de miles de civiles. El cabo furriel Raymond Pedraglio, del 116 Regimiento de Infantería francés, registró a uno de sus compañeros equipado con una máscara antigás. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) La franja, relativamente estrecha, en la que se desarrollaron los combates de la guerra de trincheras quedó desolada. La artillería, los lanzallamas y el gas venenoso contribuyeron a que, en amplios fragmentos del frente, no quedase nada vivo o en pie. Félix Jean Bonnefond, del 366 Batallón de Infantería francés, registró la destrucción del frente en sus fotografías. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0) La explosión de un obús en 1916 hirió a Felix Jean Bonnefond. Tras la guerra, trabajó en la empresa municipal de transporte público de París. Murió en 1964. EUROPEANA (CC-BY-SA 3.0)