TVE se queda fuera del Congreso

La cobertura televisiva de la proclamación de Felipe VI, el próximo jueves, ha desatado la polémica. Los trabajadores de TVE reivindican hacerse cargo de la señal institucional de un acto que califican “extraordinario, de carácter histórico y de excepcional interés informativo”. Pero el Parlamento no lo ve así. La Mesa del Congreso de los Diputados ha decidido que sea Telefónica Servicios Audiovisuales (TSA) la empresa que produzca y distribuya a todas las cadenas (de forma gratuita) la señal de todo lo que ocurra en el interior del Congreso. TVE se hará cargo de la retransmisión del resto de los actos, incluido el recorrido del nuevo monarca por las calles de Madrid y su llegada al Palacio Real, desde donde saludará a los ciudadanos acompañado de su familia.

Este reparto de papeles no ha gustado a TVE. Los sindicatos, el Comité Intercentros y el Consejo de Informativos, que representa a los periodistas de la cadena estatal, han protestado enérgicamente contra la decisión del Congreso. “Dejar a RTVE fuera del acto institucional de mayor relevancia desde los años de la Transición es un claro atentado contra lo público”, expresan. Y añaden que “solo la radiotelevisión pública está obligada por ley a la defensa del bien público”. Alegan que fue precisamente TVE quien asumió la realización de las bodas de las infantas Elena y Cristina y también el enlace del príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz.

Los trabajadores del canal público reclaman la cobertura de la ceremonia

Pero las emisiones del Canal Congreso, que abarcan todos los actos que se realizan en sus instalaciones, están externalizadas. El primer contrato le fue adjudicado a la Universidad Complutense, más tarde ganó el concurso Mediapro, y en 2009 fue TSA la que obtuvo la concesión para la explotación y el mantenimiento del canal. En 2012 se presentó de nuevo y su actual contrato —que incluye la transmisión y grabación de las señales de los plenos, las comisiones y las ruedas de prensa oficiales— no expira hasta 2016.

“Sería impensable en ningún otro país de nuestro entorno que su radiotelevisión pública no diera la señal institucional”, dicen los trabajadores de RTVE, que lamentan la “pérdida de credibilidad y protagonismo” que padece la corporación estatal. Los Consejos de Informativos añaden que es “inexplicable” que existiendo un servicio público “creado y mantenido con el dinero de los contribuyentes” se contrate a una empresa privada para un evento de esta magnitud.

Sin embargo, TSA ha asumido relevantes coberturas en el Congreso como, por ejemplo, el reciente funeral por el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez o trascendentes debates parlamentarios. Además, la compañía cuenta con las más avanzadas tecnologías. La señal que salga del Congreso será en alta definición. Para eso, la filial de Telefónica sustituirá las actuales cámaras (SD) por otras más avanzadas tecnológicamente (HD). Y la realización se llevará a cabo desde una unidad móvil, también de alta definición, instalada en las afueras del Congreso.

A este control llegarán las señales de las 13 cámaras (ocho dentro del hemiciclo, algunas de ellas robotizadas) que recogerán todos los detalles de la ceremonia. Será una persona designada por el Congreso la que ordene pinchar una y otra cámara y, por tanto, la responsable última de las señales que emitan todas las televisiones. Las imágenes de las 13 cámaras se grabarán para el archivo del Congreso. Como medida de seguridad, la distribución de las señales por satélite, que habitualmente se realizan a través de Hispasat, se reforzarán también con Eutelsat.

Por contrato, TSA está obligada a hacer una realización limpia y neutra. No puede poner rótulos ni añadir sonidos. Tampoco pueden enfocar los papeles que porten sus señorías ni acercar la cámara a los teléfonos móviles o las tabletas. La función de las cámaras es actuar como un notario.