13 fotosEl diario del viajero Charles GarnierPublicada por primera vez los cuadernos del arquitecto francés de su periplo en mayo de 1868 por la Península 06 jun 2014 - 08:46CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa mayoría de los dibujos de los cuadernos los hizo Garnier pero las escenas costumbristas, con retratos de los habitantes que veían en los pueblos y ciudades, son obra de su amigo el pintor Gustave Boulanger.Entre las estampas más desagradables que sorprendieron a Garnier destacan los grupos de mendigos, como estos que vio cuando visitó el monasterio de El Escorial (Madrid).EDITORIAL NEREALo mejor de 'Viaje a España' de Garnier son los retratos costumbristas: guardias, campesinos, mujeres... llamaron la atención de Boulanger, un artista requerido por su amigo para decorar el interior de los edificios que proyectaba.EDITORIAL NEREALas iniciales C. G. bajo el dibujo señalan a Garnier como su autor. Lo realizó durante su visita al monasterio de El Escorial (Madrid), un edificio que no gustó demasiado al arquitecto.EDITORIAL NEREALos cuatro viajeros acudieron a un corrida de toros en la plaza de toros que había junto a la Puerta de Alcalá, en Madrid. A Garnier le pareció un espectáculo sanguinario pero a Boulanger sí le gustó.EDITORIAL NEREALas españolas atrajeron el interés de Garnier. En sus cuadernos anotaba sus impresiones y dejaba espacios en blanco para los dibujos.EDITORIAL NEREAToledo fue una de las ciudades que agradó a Garnier. El autor de la Ópera de París centró su atención en los edificios, sobre todo las catedrales.EDITORIAL NEREA"Ville coquette" llamó Garnier a Cádiz. El sur de España fue lo que más le interesó. El alarife deseaba conocer monumentos como la Alhambra o la Mezquita pero la catedral gaditana le llamó especialmente la atención.A pluma dibujó Boulanger los hombres y mujeres que le gustaba destacar, un estudio antropológico de la España del XIX, según los editores del libro.EDITORIAL NEREATodo lo que fueran elementos arquitectónicos inspiraba a los dibujantes franceses, que aceleraron su viaje por un dolor de muelas de Boulanger.EDITORIAL NEREAReconocible postal del patio de los Leones de la Alhambra. La ciudad granadina mereció los elogios de Garnier y sus compañeros, que buscaron las huellas árabes en España.Tras llegar al extremo sur peninsular, estos turistas de lujo remontaron desde Málaga hasta Perpiñán. Garnier apuntaba la localización de todos sus dibujos.EDITORIAL NEREATras casi un mes de estancia, Garnier y sus acompañantes regresaron a París. El arquitecto tenía que finalizar el edificio de la Ópera al que llevó ideas de algunos monumentos españoles.EDITORIAL NEREA