La TDT se desmorona

Una decena de canales de televisión de cobertura nacional han echado el cierre o se han reubicado en las plataformas de pago desde que se implantó completamente la TDT, en abril de 2010. Algunos operadores han desistido de producir sus propias programaciones y han optado por alquilar las frecuencias a multinacionales de la industria audiovisual. La televisión se ha demostrado un negocio complejo en el que solo los más fuertes sobreviven.

En menos de tres años se han producido dos fusiones, que se han llevado por delante algunos canales (CNN+, 40 Latino, La Sexta 2). Varios se han reconvertido (Xplora, La Siete) o han migrado al pago (MTV). Y otros han apagado sus señales (La 10, Veo, Marca TV, Intereconomía). Para no dejar la pantalla en negro Unidad Editorial y Vocento, propietarios de un múltiple cada uno (ancho de banda para cuatro canales diferentes), han decidido entregar una frecuencia a la teletienda. Intereconomía solo emite una programación propia en Madrid y en la Comunidad Valenciana, regiones en las que el PP le concedió licencias locales. Se ahorra así los aproximadamente dos millones de euros que cuesta el alquiler de una frecuencia de cobertura nacional en la TDT y los cinco millones de la factura por distribuir la señal a todo el territorio.

Fuera de los dos grandes colosos (Mediaset, nacido de la fusión de Telecinco y Cuatro, y Atresmedia, que agrupa a Antena 3 y La Sexta) sobrevivir en las ondas es tarea complicada. En los nueve primeros meses de 2013, los dos grupos acapararon el 86,8% de la inversión publicitaria de toda la televisión, según la consultora Infoadex, y facturaron 1.041 millones de euros en ese periodo, un gigantesco bocado a una tarta publicitaria que en el sector llegó a los 1.199,9 millones, incluyendo los entes autonómicos y de pago.

Los pequeños canales se quejan de que la cuota de mercado que acaparan Atresmedia y Mediaset no se corresponde con su peso en las audiencias. En 2013, Mediaset sumó el 29% de la audiencia y Atresmedia obtuvo el 28,8%. TVE, ajena a la lucha publicitaria, se quedó en el 16,7%, mientras que Vocento obtuvo el 4,4% y Unidad Editorial el 3,5%.

Asfixiados por la situación económica, estos dos consorcios mediáticos cerraron sus canales generalistas (La 10 y Veo) y optaron por poner en alquiler las frecuencias. Aunque la Ley General de la Comunicación Audiovisual solo permite arrendar el 50% de los canales, ambas compañías superan ese porcentaje. Uno de los arrendatarios es 13TV, cuyo principal accionista es la Conferencia Episcopal. Este canal, que en enero obtuvo el 1,4% de la audiencia, se ha quejado al ministerio de Industria de que algunas ofertas salen perjudicadas en los resultados de Kantar Media, la multinacional que mide los programas que ven los espectadores. Según un estudio encargado por 13TV a Demométrica en octubre pasado, los resultados de las cadenas minoritarias de los dos grandes grupos (FDF, Nova, La Sexta 3, Energy, Neox) están sobredimensionados por Kantar Media. Por el contrario, a Teledeporte y Disney Channel la empresa de audiometría le estaría dando menos audiencia de la que le correspondería. 13TV se queja, además, de los datos cualitativos: “No es normal que, según los análisis de Kantar Media, la mitad de los espectadores que están viendo una misa desaparezcan en medio de la retransmisión, o que una entrevista a Martínez Camino a las doce de la noche solo la vean niños”, dice un alto directivo de la cadena. Kantar Media declinó ayer hacer comentarios.

Para una cadena es tan importante el número de espectadores como el tipo de público que la ve (edad, hábitat, clase socioeconómica). El llamado target comercial manda. “Solo pedimos transparencia. Hay un cierre en el mercado por parte de dos grupos hegemónicos que afecta al pluralismo”, añade 13TV.

Para preservar precisamente el pluralismo, la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) ha pedido al Gobierno que garantice la actual oferta de TDT a la hora de cumplir la sentencia del Tribunal Supremo que anula nueve canales adjudicados en 2010 sin concurso. Hoy se cumplen dos meses desde que se ratificó el fallo y la empresa que interpuso el recurso (Infraestructuras y Gestión 2002) urgió ayer su ejecución. La AUC recuerda que la desaparición de emisoras en abierto por la crisis publicitaria supone una “merma” en la pluralidad de contenidos que se vería agravada por la clausura de las afectadas por la sentencia.