Monumento
El único estacionamiento de recarga para coches eléctricos que conozco en la capital de España lleva cinco meses fuera de servicio.

En general los monumentos se erigen para guardar memoria de algún personaje o acontecimiento destacado. Pero hay también otro tipo de monumento que surge de manera espontánea, más por azar que no tanto por empeño institucional. El único estacionamiento de recarga para coches eléctricos que conozco en la capital de España lleva cinco meses fuera de servicio. Está lleno de pintadas sobre el letrero adhesivo que recuerda que no se puede utilizar por razones momentáneas. En general la gente sigue respetando la reserva de espacio, por si un día va y se arregla solo. Lo flanquean dos señales que avisan de la prohibición de estacionarse y limitan el tiempo de recarga a menos de tres horas. Junto al aparato se erige un mazacote de cemento, que es la aportación nacional a las altas tecnologías, siempre un pegote descuidado y sonrojante que nos recuerda que no somos país de sofisticaciones.
Con el paso del tiempo ese expendedor abandonado se ha convertido en un monumento. Como está situado a escasos metros de la Dirección General de Tráfico tiene además un valor simbólico. Es decir, que suma todos los elementos necesarios para ser considerado visitable. Aún no lo incluyen guías turísticas ni touroperadores, pero más que nada porque en general museos y efigies hacen referencia al pasado y este cenotafio es una referencia al futuro. Sí, porque el elemento educativo, indispensable en todo monumento, en este caso nos ayuda a comprender que el futuro es una propuesta fallida y abandonada, un guiño de modernidad que se quedó empantanado y ajado.
Resulta coherente que en la legislatura en que renunciamos a las energías limpias, que abandonamos todo avance en producción de renovables y hasta fue boicoteada por ley la posibilidad de que los particulares incorporaran a sus domicilios los avances ecológicos que en otros países civilizados se defienden y fomentan, levantemos un monumento a tanta desidia. La factura de la luz, que tuvo sus cinco minutos de gloria, indignación e intervención estatal para coronar su década prodigiosa de permanente subida, podría sumarse a este descerebrado homenaje a la chapuza. Los que han visto el futuro dicen que es igual que el presente pero con un cartel de fuera de servicio puesto encima.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Cataluña, Valencia y tres provincias de Andalucía, en aviso por tormentas fuertes
Putin quiere continuar la guerra de Ucrania; los rusos, no: “Que se acabe, todos estamos cansados”
Muere una mujer de 79 tras incendiarse una vivienda en València
Tailandia y Camboya pactan el fin de unos choques que dejan un centenar de muertos y 700.000 desplazados
Lo más visto
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- Junqueras avisa de que la recaudación del IRPF es “imprescindible” para negociar los presupuestos de Sánchez e Illa
- Maisa Hens, cantante: “Gracias al anuncio de El Almendro no tuve que volver a hacer un ‘casting”
- Timothy Morton, activista: “Estados Unidos es un gigantesco campo de concentración”




























































