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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Lo que hay

Aproveché la promoción de mi última película para echarle un ojo al mercado desde dentro. La primera conclusión es que una película española compite en bicicleta estática en una autopista de cinco carriles

David Trueba
Fotograma de 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'
Fotograma de 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'

Aproveché la promoción de mi última película, Vivir es fácil con los ojos cerrados, para echarle un ojo al mercado desde dentro. La primera conclusión es que una película española compite en bicicleta estática en una autopista de cinco carriles. Como ejemplo, Los juegos del hambre 2 se estrena en nada menos que 725 pantallas, mientras que las tres novedades españolas de ese fin de semana suman entre ellas 18. A nosotros nos tocó ser excluidos de todo el circuito de salas de Cinesa porque exigía a la distribuidora un porcentaje de cada entrada más elevado, mientras ante el espectador, todos se ponen cucos y generosos y ofrendan un futuro lleno de rebajas y promociones tan meloso como el nuevo anuncio de la Lotería Nacional. El milagro es que en esas condiciones una desconocida debutante como Natalia de Molina haya vendido más entradas que Scarlett Johansson en Don Jon.

En los medios, donde se reparte el pescado promocional, la lonja es perversa. Para salir en las cadenas de Mediaset sería necesario presentarte como el novio despechado del hijo adoptivo de Ortega Cano. Si la película es propiedad del grupo, Cuatro y Telecinco exhiben una maquinaria promocional envidiable, ejemplo de colocación, presencia y pugna por imponer su producto. Antena 3 se torna acogedor, especialmente en laSexta. Allí algunos espacios toleran la entrevista, sin el viejo sosiego, que queda para las cadenas públicas, algunas autonómicas, en espacios practicables para la promoción cultural. A veces como un género algo desangelado, sin el orgullo por la entrevista como bella arte televisiva. Pero visto el panorama, son el salvavidas.

Radio y prensa escrita terminan por ofrecer los únicos jardines que priman la palabra frente al chirrido. El producto nacional les repele una pizca, por barato y, al ser cercano, poco glamuroso. No se les puede culpar, nos pasa a todos. Nunca tu suegra te recuerda a Sharon Stone. Es habitual que donde seas peor tratado sea el medio donde colaboras. Y así transcurre la pelea, en un país desbaratado, en el que hasta Repsol ha perdido la pujanza y se lleva azotes de sus antiguos alumnos, por lo que aspirar a un rinconcito de mercado te obliga a competir en natación, pero sin brazos. Es lo que hay.

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