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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Type cast’

Los anglosajones, reyes de las artes escénicas, llaman 'type cast' a elegir un actor para un personaje al que le va como anillo al dedo

David Trueba
Fotograma de la serie de TVE 'Isabel'
Fotograma de la serie de TVE 'Isabel'

Los anglosajones, reyes de las artes escénicas, llaman type cast a elegir un actor para un personaje al que le va como anillo al dedo. En casos, un desprecio mal entendido del espectador termina por afirmar que el actor se interpreta a sí mismo. No hay mayor elogio para un intérprete que el que contiene ese desprecio, pues no hay mayor mérito que el de hacer pensar a los espectadores que eres igual que el personaje y no te ha costado esfuerzo componerlo. Eso sí, para los premios no puntúa, porque ahí sí que cuenta mucho el esfuerzo, engordar o adelgazar de manera extrema, y a ser posible parecerse a un personaje real al que se pretende retratar o interpretar alguna modalidad de enfermo.

El type cast o ir a favor de tipo ha generado su contrario: el contratipo. Bárcenas sería un actor al que le va muy bien el personaje, en cambio Bachar el Asad sería un contratipo, con apariencia de oftalmólogo despistado incapaz de matar a una hormiga. Isabel goza de su éxito. Al contrario que Gran reserva o Amar en tiempos revueltos, sacrificadas en una apuesta certera por el fracaso, no fue autoboicoteada por los administradores del canal, aunque también intentaron lo suyo retrasando la emisión y la renovación. Para muchos su atracción reside en el mismo guiño que la novela histórica: proponer un pasatiempo emocionante mientras repartes conocimientos académicos. Pero muchas series han naufragado pese a compartir esa premisa.

En Isabel, además de beneficiarse de que TVE sigue siendo más válida para propuestas institucionales, como campanadas o seriales sobre personajes de nuestra historia, un acierto ha sido la elección de reparto. Si Michelle Jenner aparentaba más frescura californiana, con gesto de rubia encantadora, su propuesta antitipo para Isabel la Católica acabó por seducir a la audiencia, saciada de que las mujeres con mando siempre sean estrictas y reprimidas, incluida la vida real. Nada que ver su lozanía con el gesto pazguato con que inmortalizó Juan de Flandes a la reina castellana. También Bárbara Lennie, con su inteligente belleza serena, seduce por antitipo en la antagonista Juana la Beltraneja. Son dos concesiones al encanto que se han demostrado sabias y exitosas.

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